Casi un milagro: médicos del ISSSTE salvan la vida a paciente hidalguense desahuciado

“Estoy vivo, quiero ser mejor persona y tender la mano al prójimo que lo necesite así como a mí me extendieron la mano en el ISSSTE, los doctores y mi familia”, son las palabras de Daniel de Jesús Valdés Cruz, paciente de 45 años de edad, a quien le salvaron la vida en el Hospital Regional de Alta Especialidad “Bicentenario de la Independencia”, de Tultitlán, Estado de México, tras llegar desahuciado con múltiples y graves complicaciones secundarias de una operación de apéndice. Gastó en su tratamiento, antes de llegar al ISSSTE, más de dos millones de pesos.  

La batalla por salvarle la vida duró 113 días de internamiento, de los cuales 11 fueron en la terapia intensiva, y 18 cirugías, con un costo total aproximado de tres millones de pesos.

El paciente llegó en una ambulancia el 7 de marzo de 2011, inconsciente y muy grave al servicio de urgencias: “Presentaba un complicado cuadro de abdomen hostil; una gran herida quirúrgica abdominal mal manejada, con apendicectomía, peritonitis, fibrosis cicatrizal y adherencias entre órganos y tejidos abdominales, perforación de intestinos y porciones necrosadas.”

Dos semanas antes, trabajando en la boutique de ropa, negocio familiar, en Ixmiquilpan, Hidalgo, Daniel de Jesús nunca imaginó que el agudo dolor abdominal que presentó, se derivaría en “complicaciones que cambiarían mi vida y mi futuro”, expresó.

La evaluación de la Unidad de Terapia Intensiva (UTI) para el paciente era muy alarmante, el doctor que lo recibió adscrito a este servicio la definió: “disfunción orgánica múltiple neurológica, respiratoria, renal, hematológica y cardiovascular; choque séptico, respiratorio y abdominal, multidrogoresistente y un riesgo de muerte mayor a 80 por ciento”.

Entonces, en el Hospital Bicentenario un grupo multidisciplinario de especialistas en manejo de pacientes en estado crítico, en cirugía, urgencias,  anestesiología y el personal de enfermería,  emprendieron la batalla para salvarle la vida a Daniel de Jesús, echando mano de todos los recursos terapéuticos, quirúrgicos, farmacológicos y tecnológicos a su alcance.

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