Los escenarios del triunfo de Trump

HOMO POLITICUS

Ni Hillary ni Trump le agradaba al electorado, pero Trump es el arquetipo del sueño americano, hijo de inmigrantes, rico, osado, triunfador

El triunfo de Trump no es una sorpresa, pero para las lógicas lineales del análisis de encuestadoras y sondeos de opinión significó una sorpresa.

En términos de la neta, ni Hillary ni Trump le agradaba al electorado, pero Trump es el arquetipo del sueño americano, hijo de inmigrantes, rico, osado, triunfador; elementos sine qua non para acceder al poder.

Mientras Hillary se victimizaba ante las improperios de Trump con respecto a las mujeres, ello le pasaba factura porque su marido había cometido tropelías en la Casa Blanca y tiene un historial de mujeriego, cosa que no le interesa al gringo común.

La postura xenofóbica, racista y nacionalista de Trump, convenció a propios y extraños con un argumento sencillo y “contundente”: los migrantes ilegales son un lastre económico y de competencia para los ciudadanos americanos y honestos.

Bis. Los migrantes son ladrones, violadores y peleoneros, en suma delincuentes, no tienen cabida en la sociedad y son nocivos para ella.

Bis. Los migrantes sacan el dinero de Estados Unidos, lo envían en remesas a sus países de origen y debilitan la economía estadounidense porque no consumen más que lo indispensable para sobrevivir y, mucho menos, invierten en Estados Unidos.

Bis. Los migrantes mexicanos son violadores y criminales, por lo que pagarán por el muro de la “depuración racial”.

Bis. Los migrantes no se adaptan ni asimilan las costumbres de Estados Unidos, ofenden a los símbolos patrios y nulifican el sueño americano.

Bis. El ataque a los migrantes de Trump cala hondo en los sectores conservadores de la población y estimula las paranoias de competencia laboral de los sectores desposeídos, lo cual genera criminalización y reacciones de odio hacia los migrantes.

El discurso de odio de Trump, es estimulante para desplazar culpas, todos los males los engendran las minorías y los desplazados por la migración, son intrusos, debe imponerse la raza blanca.

El discurso beligerante de Trump alienta a la economía belicista, por lo que los industriales de las armas en Texas, de la industria metalmecánica, de la producción de textiles y ropa en general y la producción de alimentos, telecomunicaciones, en fin, toda la cadena productiva sabe que pronto habrá un intervención militar que generará dinero a manos llenas.

El sector inmobiliario sabe que habrá políticas de este rubro, lo cual aumenta su apetito; mientras la carga fiscal entregará incentivos a empresarios y productores.

La política aislacionista en materia económica, alienta al mercado interno y castiga a la inversión extranjera, cuestión que asemeja a un dragón de siete cabezas.

La postura de supremacía política, el liderazgo mítico y el mesianismo de Estado, son banderas infranqueables en el triunfo de Trump.

¡Dios nos pille confesados!

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