Escuelas de tiempo completo permanentes

De acuerdo con el Informe Anual 2015 México del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) 21.4 millones de niñas, niños y adolescentes se encontraban en situación de pobreza

Gobernar es actuar con equidad. Equidad no es dar a todos por igual, sino proporcionar más a quien más lo necesita para reducir y, de ser posible, eliminar las brechas de la desigualdad que tiene múltiples expresiones y en muchos casos, rostro de mujer.
Porque podemos ser iguales ante la ley, pero en ingresos, educación, capacidades físicas y en género nuestras realidades y necesidades son diferentes. La tarea entonces para el gobierno es reducir la desigualdad y abrir oportunidades para quien no las tiene.
De acuerdo con el Informe Anual 2015 México del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) 21.4 millones de niñas, niños y adolescentes se encontraban en situación de pobreza; de los cuales 4.6 millones estaban en pobreza extrema en 2014.
La carencia que más afecta a la niñez era la seguridad social (62.6%), seguida por la carencia de acceso a la alimentación (27.6%). El mismo documento precisa que 20.9% de niños que viven en zonas rurales presentan desnutrición crónica, mientras que el porcentaje de niños en esta condición que habitan zonas urbanas asciende a 11.1%.
Y si a eso agregamos el número creciente de hogares jefaturados por mujeres, que además de salir a trabajar realizan largos traslados de ida y vuelta hacia su casa y enfrentan el reto de cuidar de sus hijos, debemos reconocer que la puesta en marcha, en 2013, del programa “Escuelas de Tiempo Completo”, que extiende la jornada escolar entre 6 y 8 horas, refuerza el aprendizaje de niños y adolescentes y les brinda la oportunidad de mejorar el desarrollo de habilidades deportivas y culturales, fue un acierto para responder a estas realidades.
El programa en comento incluye un esquema de distribución y suministro de alimentos nutritivos para los alumnos de escuelas con mayor rezago y mucho más allá de los beneficios tangibles en los alumnos, un apoyo intrínseco e invaluable de este programa es la tranquilidad y certidumbre que otorga a las madres trabajadoras que son jefas de familia, al saber que sus hijos no solo se encuentran en un lugar seguro como es la escuela, sino que se encuentran bien alimentados.
De acuerdo con las Reglas de Operación del Programa Escuelas de Tiempo Completo, en el ejercicio fiscal de este año, para el funcionamiento de las escuelas de tiempo completo están previstos recursos para apoyar el suministro de alimentos en las escuelas seleccionadas; la compra de insumos y enseres vinculados con la prestación del Servicio de Alimentación, y un apoyo económico al coordinador escolar del servicio de alimentación.
Se trata de garantizar recursos para consolidar también su infraestructura y plantilla docente.
Durante el ciclo escolar 2016-2017 en el Estado de México operarán mil 304 escuelas de tiempo completo en los niveles preescolar, primaria, secundaria y educación especial. Se trata de instituciones distribuidas en 122 municipios de la entidad y que benefician a cerca de 276 mil alumnos.
Conscientes del momento internacional que vive nuestra economía, hoy enfrentamos el reto de asegurar la permanencia y garantizar la calidad de este programa que por cierto beneficia también hogares donde el padre y la madre comparten la responsabilidad de sostener económicamente a su familia.
La construcción y consolidación de una sociedad más justa e igualitaria reclama asegurar mayor cobertura, inclusión y equidad educativa para toda la población. Por ello el Estado de México hoy realiza un esfuerzo sin precedentes para apoyar a sus estudiantes en 25 diferentes modalidades.
La víspera de la aprobación del Presupuesto de Egresos 2017 es ocasión propicia para reafirmar nuestra confianza en el alto sentido de responsabilidad y sensibilidad del Poder Legislativo, para continuar los esfuerzos que mejoren la calidad de la educación mediante el Programa Escuelas de Tiempo Completo, así como las condiciones de acceso al conocimiento y desarrollo de competencias de nuestros menores.
Si aspiramos a ser un país donde la educación sea un factor real de movilidad social, debemos cambiar el paradigma para asumirla como una inversión y no como un gasto.
Twitter: @AnaLiliaHerrera

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