El dolor de cabeza del peso y las decisiones de la FED

La presidenta de la Reserva Federal de los Estados Unidos (FED), Janet Yellen, señaló el viernes pasado, que era probable que las tasas empiecen a subir más adelante durante el año, incluso antes de que la inflación y los salarios vuelvan a niveles saludables. Esa declaración fue suficiente para que el peso mexicano perdiera terreno este lunes ante el dólar, haciendo que los inversionistas aplazaran sus decisiones en espera de los datos de empleo de la economía estadounidense, clave para las decisiones de la FED.

 

 

De tal forma que la moneda nacional cerró en 15.261 unidades por dólar, perdiendo 2.10 centavos, frente a los 15.24 pesos del precio de referencia del viernes, pese a que el Banco de México vendió en su totalidad 52 millones de dólares, ofrecidos en una subasta diaria sin precio mínimo, a un tipo de cambio ponderado de 15.24 por billete, monto que fue superado por una demanda de más de 173 millones de dólares, prácticamente dos veces más que lo ofertado.

 

Sin duda, la presidente de la FED, Janet Yellen, está preparando cuidadosamente las condiciones para inicial un alza de las tasas de interés de manera gradual y de forma prudente. Pero mientras eso sucede, el fortalecimiento del dólar ha provocado en la economía un efecto equivalente a un aumento de los tipos de interés, impactando negativamente el crecimiento, al encarecer las exportaciones.

 

Al margen de ello, la presidente de la FED está haciendo su trabajo de una manera diplomática, prepara los mercados para el aumento en las tasas de interés en este año, pues al menos en seis ocasiones, en sus intervenciones de los viernes, Janet Yellenha dicho que “un aumento en las tasas de interés se justificaría si las condiciones mejoran”, aún cuando ello ha provocado mucho nerviosismo en los bancos centrales de más de un país y en los mercados financieros.

 

El mensaje de la responsable de la FED es claro, el aumento de las tasas de interés será un proceso lento y gradual, según Paul Mortimer-Lee y BricklinDwyer, economista de BNP Paribas, quienes consideran que para evitar que los mercados no se aceleren, con el fortalecimiento del dólar y el aumento de las tasas de interés, la presidente de la FED tuvo cuidado de subrayar que, a diferencia de la constitución de Honduras, “nada está escrito en piedra, las decisiones dependerán de los datos económicos futuros”, sobre el comportamiento de la economía estadounidense, evidentemente.

 

Es cierto que no todas las estadísticas económicas tienen la misma importancia para tomar decisiones en materia de política económica, pero en tiempos de crisis el comportamiento del mercado del trabajo y el empleo, son indicadores clave. Después de tener tasas de desempleo cercanas al 9%, un descenso en la tasa de desempleo al nivel de 5%, frente al 5.5% actual, sería un buen signo para modificar los tipos de interés al alza.

 

En opinión de los economistas de BNP Paribas, el primer aumento de las tasas de interés de la FED seráprovocado por el mejoramiento sostenidodel mercado laboral, pero los siguientes serán condicionadospor la aceleración de la inflación.Por ahora, Janet Yellen ha reconocido que “actuar con demasiada cautela, dejando los tipos bajos durante demasiado tiempo podría tener efectos no deseados” para la economía estadounidense, pero sin duda también consecuencias adversas para muchos otros países que, como México, dependen de la evolución de la economía estadounidense.

 

La FED considera que actuar con demasiada precipitación sobre las tasas de interés es aún más peligroso que pausar los ajustes monetarios, pues si el crecimiento y la inflación volvieran a caer de nuevo, la FED tendría pocos medios para actuar, en opinión de Janet Yellen.

 

El fortalecimiento del dólar frente a las principales monedas del planeta va afectar el crecimiento de la economía estadounidense, pues un dólar fuerte hace más caras las exportaciones y reduce la demanda de productos “made in USA”. El dólar, desde mediados de 2014 se ha apreciado en 15%, en promedio, lo que podría afectar el crecimiento de la economía hasta en un 0.75%, según los expertos.

 

Sería sensato que el Banco de México no se precipite aumentando sus tasas de interés, hoy situadas en 3%, para valorar la reacción de la economía mundial, nacionales y los flujos de capital frente a los aumentos de las tasas en los Estado Unidos, a fin de diseñar una estrategia que evite una salida mayor de capitales que la actual. Considerando que, en términos reales, la sobrevaluación de la moneda nacional, aún cercana a un 16%, le proporciona una capacidad de maniobra para dejar que se deslice hacia su valor real, que hoy podría estar alrededor de 17 pesos por dólar.

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