Fueron entrenados por EU
● Las fuerzas especiales iraquíes, junto a combatientes kurdos, cercan al Estado Islámico en Qaraqosh
El avance de los dos primeros días liberó unas cuantas villas alrededor de esta región de Nínive. O más bien las destruyó. Tras 12 horas de asedio muchos de estos pequeños pueblos de agricultores han quedado reducidos a escombros. Shejamir es -o más bien era- una población donde vivían más de 1.000 vecinos. Ahora no es más que un cúmulo de cascotes y polvo con algunas fachadas todavía en pie pero vacías, como el decorado de una película.
Por la carretera hacia Qaraqosh avanza un escuadrón que obliga al resto de conductores y a los pastores de cabras a apartarse si no quieren ser arrollados. Impresiona ver llegar por el retrovisor a estos combatientes.
Las fuerzas especiales iraquíes, una fiera unidad entrenada por EU, se dirigen a toda velocidad hacia Qaraqosh, la ciudad cristiana de poco más de 32.000 habitantes en la que cercan al Estado Islámico (EI) desde primera hora de la mañana del miércoles. En sus camiones ondea una bandera con un lema, “Dios es grande”, que parece advertir a sus enemigos de que ha llegado el momento de huir.
El capitán Sermat, un iraquí enjuto y enigmático, hace un alto y la caravana de vehículos militares Humvees se echa a un lado. En el horizonte las columnas de humo, fruto de los enfrentamientos, señalan dónde está Qaraqosh, uno de los obstáculos más importantes antes de llegar a Mosul, donde se librará la madre de todas las batallas contra el EI. “Los vamos a sacar de ahí, no se preocupe. Son ratas”, dice Sermat en referencia a los militantes del Estado Islámico mientras se atusa el bigote.
Sabe de lo que habla. Las tres estrellas que tiene cosidas en la hombrera del uniforme no son baladí. La unidad de Sermat participó en la liberación hace cuatro meses de Faluya, ciudad próxima a Bagdad en la que los yihadistas impusieron también el califato. Cazaron como conejos a los que trataban de escapar. “Aquí hacemos lo mismo: luchar, matar, morir. Es lo que sabemos hacer”, explica Sermat. Sus hombres asienten. En estos tres días de ofensiva ha perdido a dos soldados, pero calcula que han matado a 25 enemigos.