Charro sidoso

CINE DE HOY

Uno de los platos fuertes del XI Festival Internacional de Cine Documental de la Ciudad de México (DocsMx), es El charro de Toluquilla de José Villalobos Romero.
Durante cuatro años el realizador siguió los pasos de Jaime García, un charro que canta los fines de semana en Guadalajara, y que parece heredero de las glorias de célebres figuras del cine mexicano como Jorge Negrete o Pedro Infante, del que incluso tiene colgado un retrato.
Orgulloso de su apariencia, busca trajes como los de Vicente Fernández y pistolas que le hagan juego.
Pero detrás de esa apariencia desenfadada se esconde una triste realidad: Jaime es portador del Sida desde hace unos años.
Lo confiesa abiertamente y dice que no tiene ninguna vergüenza, porque no es maricón y fue una mujer quien lo infectó.
Pero eso no le impide coquetear con las clientas, e incluso embarazó a Rocío, diciendo que “fue un milagro que su pequeña hija no fuera contagiada”.
Confiesa que su esposa no le permite ver a su hija por la vida que lleva.
Por ello está dispuesto a casarse con Rocío, a quien por cierto su madre no quiere.
Ella por su parte es muy creyente y “ya no quiere vivir en pecado”.
Villalobos asiste en calidad de testigo mudo a las peleas de la pareja y escucha los reclamos de Rocío quien le dice a Jaime que “le falló como hombre”.
Por su parte el charro no quiere dar su brazo a torcer y valioso documental que revela las profundas raíces del machismo nacional, que tiene como símbolos a charros borrachos, parranderos y jugadores y ahora hasta sidosos.

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