Escasez de ideas…

Escasez de ideas…

Pido la palabra 

“El poder es tomar el miedo de otros en nuestras manos y mostrárselos”
El conde Lucanor

Quizá porque mi formación política tuvo como origen al sindicalismo independiente -el auténtico y no la caricatura que hoy nos presentan-, es que no puedo concebir el altísimo grado de sumisión que existe en algunos políticos que dicen ser luchadores sociales, la genuflexión de la que hacen gala no tiene límites, su sometimiento solo es la mochila donde guardaron los principios y valores que nos vendieron con sus falsos discursos, y que hoy, a fuerza de no usarlos, ese morral terminó siendo una carga que los ha llevado a arrastrase por el camino fangoso de la humillación.

Decía Sharada Prasad que “en política, lo que importa no es saber quién es quién, sino quién está con quién”, y eso es precisamente lo que están poniendo en práctica los grupos más radicales de las diversas corrientes políticas, ahora propietarios del deshonor y la vergüenza; pues en cada una de sus acciones llevan por delante el lema a la intolerancia: “el que no está conmigo, está contra mí”, en un afán netamente maniqueísta que no deja puntos medios que posibiliten consensos.

Los ultras de cada Partido van en direcciones opuestas a cualquier forma de diálogo, con el garrote en la mano, al acecho para asestar el golpe de odio, rencor, cargados de resentimiento y enajenados por ideas de venganzas; buscando, unos satisfacer egos, otros, marcar territorios de dominio, pero todos, usando a la política como un timo que nos lleve a vivir del cuento de sus antagónicas visiones; cada cual cae en un fanatismo inducido y lo convierte en una falsa ilusión de la realidad.

Lo peor del caso, es que las posturas radicales de la mayoría de los que integran cada una de las facciones opuestas, no tienen su origen en el conocimiento de las cosas por sus causas, no corresponden a ideas que hayan surgido de su entendimiento; más bien, son conceptos inyectados por sus rencorosos líderes y que cual dogmáticos de la política, han comprado sin cuestionamiento alguno, dejarse guiar resulta para muchos más sencillo que opinar en un mar de absurdos.

La ambición y el fanatismo de grupos radicalmente manipulados están acabando con la poca fe que todavía tenemos de la política; la confrontación de ideas se está muriendo en el seno de los Partidos, los principios políticos que les dieron origen son socavados en aras de encumbrar atavismos prehistóricos donde la única ley posible es la “ley del garrote”.

Por otra parte, da pena el observar que la propuesta política de los candidatos y candidatas hasta este momento solo se ha centrado en prometer regalar dinero o micheladas; se la pasan con la discusión bizantina para adjudicarse haber sido los primeros en haber aplicado ese apoyo económico a las personas de la tercera edad, pero poco he escuchado de temas torales como la seguridad, el empleo, la salud, si acaso son temas que solo los utilizan para reforzar el autoelogio y nada más. Y todavía más pena ajena da el escuchar a los de derecha y que ahora son de izquierda o viceversa, cuando refieren que al acercarse al pueblo les permite generar propuestas para su campaña, o sea, nos dicen que apenas van a conocer las necesidades sociales cuando se supone que su activismo chapulinezco era porque ya tendrían que conocer dichas necesidades.

¿Qué nos espera con esa escasez de ideas de los que se sienten ungidos por los dioses? Ello me lleva a pensar que sus argumentos son tan pobres como su capacidad de reacción ante una crisis.

Las palabras se las lleva el viento, pero mi pensamiento escrito está

Related posts