Elysium

HOMO POLITICUS

En términos reales Elysium, no es una película de ciencia ficción, sino más bien, una adaptación prospectiva de la realidad, que deja ver claramente que el mundo se divide entre pobres y ricos

Hace algunos años se estrenó la película de “ciencia ficción” Elysium, que está situada en el año 2159, donde existe una brecha entre pobres y ricos, brecha que se contiene a través del poder coactivo del Estado.

Por cierto, la película tuvo locaciones en el bordo de Xochiaca, México.

Si uno se toma la molestia de ver la película, se percata de que el bordo de Xochiaca en la actualidad y en el 2159, son y serán la misma cosa; un lugar donde se esconde la miseria y donde sus habitantes viven en condiciones deplorables, sin que hasta ahora al gobierno parezca interesarle esta realidad, como tampoco le interesa la realidad de la pobreza, de la desigualdad, de los pueblos indígenas, en fin…

En términos reales Elysium, no es una película de ciencia ficción, sino más bien, una adaptación prospectiva de la realidad, que deja ver claramente que el mundo se divide entre pobres y ricos y que los ricos usan el poder bélico del Estado para someter a los pobres, los cuales, viven en condiciones inhumanas, inenarrables y donde la miseria ni siquiera es el “pan nuestro de cada día”, porque no hay ni pan para comer.

La verdad, es que Elysium conmueve, no porque sea una gran película, sino porque sin querer queriendo, muestra en su justa dimensión la opresión política que se vive y que sufren los que menos tienen, aquellos que precisamente, tienen que vivir en Xochiaca, porque es un lugar marginado de toda posibilidad de vida, porque en Xochiaca al igual que en muchas latitudes del país, ya no se vive, se sobrevive que no es lo mismo.

Lamentablemente Elysium tiene un final erróneo, porque los pobres se rebelan y terminan con el Estado opresor para crear una sociedad de ciudadanos iguales en derechos y oportunidades, cuestión que es en realidad, la única parte de la película que reviste un pasaje de ciencia ficción, porque sabemos que el peso del establishment no permitirá que algo así suceda, por ello nos tenemos que conformar con las batallas épicas como Elysium, donde los pobres ganan y los ricos pierden.
Vivimos en Elysium, vivimos en la pobreza, sin mayores oportunidades, en una competencia despiadada por obtener unas migajas, donde los menos viven a cuerpo de Rey y los más en la desolación más absoluta, donde el abandono social tiene cara de hereje, niño desnutrido, asaltante, mendigo, prostituta; todo ello al amparo de los dueños de Elysium Xochiaca.

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