Hillary Clinton perdona; Donald Trump sobrevive

EL CARA A CARA FUE AMARGO, PERO DEJÓ TODO TAL Y COMO ESTABA
●    El magnate, en uno de los momentos más tensos, aseguró a su rival que la perseguiría penalmente y aseguró que, si él estuviera en la Casa Blanca, Clinton “estaría en la cárcel” por su escándalo de los correos electrónicos, una amenaza que no se recuerda en la historia política del país

SAINT LOUIS, Missouri.- La campaña presidencial estadounidense hace mucho tiempo que se ha convertido en algo personal entre los dos candidatos.
El segundo debate entre Hillary Clinton y Donald Trump, celebrado la noche de este domingo en St. Louis (Missouri), fue una prueba de ello. El magnate, en uno de los momentos más tensos, aseguró a su rival que la perseguiría penalmente y aseguró que, si él estuviera en la Casa Blanca, Clinton “estaría en la cárcel” por su escándalo de los correos electrónicos, una amenaza que no se recuerda en la historia política del país. El cara a cara fue amargo, pero dejó todo tal y como estaba.
Parecía que la guerra iba a ser dolorosísima desde el inicio: Hillary Clinton y Donald Trump no se dieron la mano en señal de saludo. Una declaración de intenciones, más de la demócrata que del republicano: cero concesiones.
Se esperaba mucho, especialmente tras la divulgación del video de Trump denigrando a las mujeres y el revuelo que causó. Un tema que el magnate justificó como una “conversación de vestuario” sin importancia: reiteró sus disculpas y evadió responder por ello. Clinton intentó atacarle dando por hecho que, tal y como se demostró, trata a las mujeres “igual que a los latinos, afroamericanos, musulmanes…
Pero Trump, como había prometido, aprovechó para atacar los escándalos, acosos sexuales e infidelidades de un Bill Clinton presente en la sala; Hillary, con la lección aprendida, no entró al juego. Eso sí: se la vio tensa por ese aspecto, y desde entonces perdió el control del escenario.
De hecho, dio la sensación que el caso de la grabación de Trump puede haberse enterrado, y dejar de causar daño a la campaña. El republicano consiguió contener la sangría y superar una de las pruebas de fuego de todo su periplo hacia la Casa Blanca.
Ambos candidatos se centraron en no sufrir daños. Pareció como que los dos tenían preparados sus ataques pero no tanto sus defensas. “No está preparado para ser el comandante en jefe”, repitió Clinton sobre su rival. “[Ella] tiene odio en el corazón”, rebatió Trump. “Mi campaña está basada en temas, no en insultos”, criticó la ex secretaria de Estado. “Clinton es solo palabras”, respondió el magnate.

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