OPINIÓN | Un año más y aquí seguimos 

OPINIÓN | Un año más y aquí seguimos 

Como dicen algunos periodistas de la vieja guardia en Hidalgo, “un año más y aquí seguimos”. Y en efecto ahí mismo siguen, escribiendo desde sus trincheras lo que quieren escribir, lo que deben escribir y lo que no deben permitirse dejar de escribir, ahí la diferencia entre aquellos que ejercen este oficio y otros más que dicen serlo pero que distan mucho de convertirse en periodistas. 

Haciendo a un lado esta discusión eterna de quién es o quién dice que es un periodista o no, no podemos dejar a un lado a los reporteros del día, aquellos que a diario buscan la noticia, que investigan sus fuentes, que se convierten en los incómodos de las dependencias gubernamentales no por chismes ni inventos sino por encontrar y publicar la verdad. 

Aquellos reporteros y reporteras que más de una vez han sido vistos con desdén, aquellos a los que de pronto los funcionarios ignorantes les piden que vayan con “ropa formal” a las comparecencias, aquellos que son ignorados por ciertos funcionarios o que han sido agredidos por diputados, y no los podemos dejar de lado porque saben lo que significa su trabajo y la responsabilidad que cargan en el oficio que tomaron por carrera. 

En estos tiempos tan difíciles, es fácil coquetear con un desayuno, con una mesa de bocadillos, e incluso con abrazos y fotografías, siempre y cuando no se olvide que el trabajo es el trabajo y el respeto es el respeto, y que “coquetear” de una forma perversa es trabajo de unos mientras que no caer en ese juego es trabajo de otros.

Cualquier reportero que haya tenido un percance al momento de preguntar a un funcionario algo que en verdad le incómoda y que es de verdadero interés periodístico podrá dar testimonio de que lo que se publicó, de que lo que se escribió o se dijo fue real, que aquello que le incomodó al funcionario fue verdadero porque la verdad no peca pero incomoda. 

Y hagan lo que hagan, cuando la justicia les cae para que paguen esos actos fuera del marco de la ley que se cuestionaron en un momento, nuevamente les hacen pensar que ellos estuvieron, que ocuparon un cargo, que se sintieron intocables y que ahora no son y tampoco están, porque los cargos públicos son efímeros y con el tiempo a cada quién le llega su tiempo, periodistas y reporteros (hombres y mujeres) que algunos conocimos hace unas décadas ya fallecieron, otros continúan en el campo, mostrando la dignidad del trabajo y el respeto que se debe generar en el trato. 

Los que han tenido esta experiencia saben perfectamente que en esta trinchera veremos a muchos pasar, que los veremos caer, que también seremos testigos de momias políticas que salen de sus sarcófagos para reclamar, nuevamente, otro cargo público, que los veremos pisar la cárcel y vivir como reyes en el reclusorio o en el Cereso, que cada generación regresarán a mentir apelando al olvido de la colectividad, y que los reporteros, reporteras y periodistas (hombres y mujeres) estarán ahí para recordarlos, para no olvidar lo que la mayoría, eso es lo que marca gran diferencia. 

Este año 2023 concluye como los últimos seis años, con vivencias y experiencias en el campo del periodismo que muchos de los antiguos nunca imaginaron ver, con murallas que se derrumban, con chinches y garrapatas que se pegan a la política, con perfiles ignorantes que llegan a ocupar cargos públicos por razón de quién sabe quién, un año más para la memoria y para perfiles que hacen del periodismo una realidad en Hidalgo, para todos aquellos, desde aquí, RESPETO y ADMIRACIÓN, que tengan un excelente 2024 y que sigan iluminando el camino de la verdad. 

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