Sus decisiones exponen a franceses al terrorismo
● París anuncia que realiza ataques tierra-tierra en apoyo de las fuerzas iraquíes
Pese a este salto cualitativo, el Ministerio de Defensa ha señalado que, en sentido estricto, “no hay una operación militar francesa en tierra”, porque los soldados no participan en enfrentamientos directos con los yihadistas.
Francia dio un nuevo salto cualitativo en su implicación en la guerra contra el Estado Islámico (EI). Desde el pasado día 20, fuerzas del Ejército de Tierra francés bombardean a yihadistas con cañones de gran calibre enviados a las zonas de Irak donde ahora se intenta desalojar al EI. Se trata de operaciones en las que se busca “una combinación de efectos de la artillería junto con los bombardeos aéreos”, dijo ayer el coronel Patrick Steiger, del Estado Mayor de los Ejércitos.
La decisión de enviar cañones de grueso calibre la tomó el presidente François Hollande después del ataque yihadista del 14 de julio en Niza, cuando un terrorista atropelló y mató a 86 personas en el Paseo de los Ingleses. Fuentes oficiales sugirieron que los cañones eran para el Ejército iraquí. Ahora se ha comprobado que eran para uso de las fuerzas francesas desplegadas en Irak.
Han sido ya tres los bombardeos con cañones. El del día 20, ha precisado el coronel Steiger, se produjo en las inmediaciones de Sharqat, al sur de Mosul. Fue un ataque de apoyo a las fuerzas iraquíes que intentan desalojar de esa ciudad a los yihadistas.
El segundo bombardeo con cañones se registró el pasado martes. Se hizo “en coordinación” con otros ataques realizados por Estados Unidos, pero “en total autonomía” por parte de los franceses, ha precisado el coronel. El tercer bombardeo fue el miércoles, de nuevo para apoyar a tropas iraquíes.
