El seleccionador de México, Jaime Lozano, dice que a su equipo le cuesta jugar contra los rivales de la Concacaf y es algo que debe resolver, si pretende crecer.

“Nos cuesta jugar en la Concacaf; no es fácil, a lo largo de la historia nos ha costado, pero no perdimos la fe y nos llevamos nuestra recompensa”, dijo Lozano en una rueda de prensa, luego de vencer en la tanda de penaltis a Honduras, en los cuartos de finales de la Liga de Naciones de Norte, Centroamérica y el caribe.

Después de perder 2-0 el viernes en Tegucigalpa, los mexicanos se impusieron por el mismo marcador este martes y vencieron por 4-2 en la serie de penaltis para clasificarse de manera directa a la Copa América, además de acceder a la semifinal de la Liga de Naciones.

“El partido de ida de la serie nos condicionó; debemos aprender a jugar en todos los escenarios, mantener una identidad, una actitud y una mentalidad. La unión y la fe fueron sobresalientes”, observó.

Los mexicanos carecieron de puntería, pero rescataron el empate en la serie con un gol de Luis Chávez, en el minuto 43, y otro de Édson Álvarez en el último instante del tiempo de reposición.

Acerca de la posibilidad de haber sido despedido si hubiera perdido, Lozano reconoció que el puesto de entrenador de fútbol es inestable, más el de seleccionador y dejó entrever que si hace tres meses ganó la Copa Oro, no es lógico enjuiciarlo por la derrota en Honduras.

“Ni cuando le empatamos Alemania estábamos para campeones del mundo, ni ahora tan mal. Cambiar no es la forma de lograr los objetivos, pero tengo que dar resultados para darle estabilidad a los jugadores”, agregó.