PEDAZOS DE VIDA
I
El día de mi muerte me sentí muy liviano. No tuve noción del tiempo. Anduve por la vida con mucha tranquilidad, sin prisas y sin necesidad de presionarme por cualquier cosa. Es más, ni siquiera me hubiera dado cuenta de que ya estaba muerto sino hubiera sido por la forma en que me vi recostado en ese lugar, con la tranquilidad en el rostro que en mí generó el miedo que todavía tengo. Eso fue al inicio, hoy ya no siento nada, así que vete tranquilizando porque si estás aquí, es porque ya te quedaste, no vas a poder cruzar ya que tu camino ha quedado apagado.
II
Se acabó el oxígeno y sólo así dejó de arañar el hermoso forro del ataúd en el que lo llevaron a enterrar.
III
Lo mató porque él nunca entendió que ya no quería nada con él. Por meses se convirtió en un acosador, más de una vez intentó secuestrarla, no había forma de hacerlo entrar en razón, dicen que fue el amor lo que lo mató. Yo digo que fue su fracaso, no toleró haber sido el perdedor en esta historia…
IV
“Cinco minutitos más”, dijo antes de apagar la alarma en el celular, retorcerse entre las sábanas y morir aplastado por un techo que se vino abajo.
