CIUDAD DE MÉXICO
Aunque la procuraduría capitalina no tiene denuncias, organizaciones civiles sí conocen de este modus operandi
Rondan los antros, bares y restaurantes de zonas exclusivas a partir de las 19:00 horas. En ocasiones tienen infiltrados dentro de los comercios que avisan de reuniones de amigas, las cuales están solas y que posiblemente no tengan vehículo para regresar a su domicilio; ahí empieza la “caza” de la banda de taxistas que también practica el secuestro exprés.
Aunque la procuraduría capitalina no tiene denuncias al respecto, organizaciones civiles que se dedican a documentar y combatir el secuestro sí conocen de este modus operandi. Los taxis, que en su mayoría están debidamente identificados, se instalan en las zonas de esparcimiento de Coyoacán, Tlalpan, en toda la Zona Rosa, Polanco y Santa Fe.
A quienes logran plagiar les piden cantidades que van de los 10 mil a los 50 mil pesos; la negociación, así como el proceso de pago y liberación, se hacen desde el teléfono de las víctimas, todo mientras ellos siguen conduciendo “paseando” a la afectada, así lo han hecho, sin embargo, aparentemente el secuestro y homicidio de la ciudadana española María Villar Galaz se salió de control y a pesar de recibir el pago, la asesinaron.
Esta actividad delincuencial fue reportada desde el año pasado a la procuraduría capitalina sobre todo en la zona de Polanco a Santa Fe y viceversa, a raíz de las quejas en redes sociales, la dependencia investigadora monto un operativo especial que duro solamente ocho días, previo a este despliegue policial, se dio a conocer la detención de una célula de secuestradores.
Apenas en abril la procuraduría local dio a conocer la detención de tres hombres y una mujer que operaba en Cuajimalpa; además de secuestrar de manera exprés a sus víctimas, a quienes les vaciaban las tarjetas de crédito y debito llevándolas a cajeros automáticos, los sujetos violaban a las plagiadas.
En aquella fecha la Fiscal Central de Investigación para la Atención de Delitos Sexuales, Alicia Rosas Rubí, dijo que los tres sujetos se dedicaban a trabajar un taxi mientras que la mujer era esposa de uno de los probables responsables.
Para atacar a sus víctimas los sujetos utilizaban un vehículo del servicio público, color blanco con rosa, con placas de circulación A-33-682.
Al igual que esta célula, el año pasado la dependencia investigadora desmanteló otras dos células, sin embargo, ahora las investigaciones revelan que siguen operando en la zona limítrofe con el Estado de México, donde la vigilancia es casi nula y como sucede con el caso de la ciudadana española, las autoridades se deslindan de toda responsabilidad que ocurre.