El equipo liderado por el arqueólogo Javier Navarro y el historiador Manuel Caballero reemprendió la excavación en las inmediaciones de Alfacar, Granada
De las seis fosas de la guerra civil que Javier Navarro ha excavado, no le ha fallado ninguna. En todas ha encontrado lo que buscaba este arqueólogo de la Universidad de Zaragoza y miembro de la Asociación Regreso con Honor. Pero la que comenzó a remover el día martes, en lo que se conoce como los Llanos de Corbera o el Peñón Colorado, en Alfacar, Granada, quizás sea su empeño más difícil. Ahí es donde está convencido que se encuentran los restos de Federico García Lorca y de las tres personas que fueron asesinadas y enterradas junto al poeta hace ya 80 años, cuando un escuadrón los fusiló un 17 de agosto de 1936.
“Empezamos ilusionados, pero con la cautela necesaria”, comenta Navarro, desde Alfacar. Es el tercer intento —el segundo en su caso—, desde que pararan los trabajos hace casi dos años en el mismo lugar. Entonces quedaron a escasos metros del terreno donde, tras un concienzudo rastreo con georadares, se detuvieron.
El problema, 80 años después, es el terreno en sí. Los pozos junto a los que supuestamente cavaron las tumbas han sufrido todo tipo de alteraciones. Han servido como campo de tiro, circuito de motocross y lo que es más grave, campo de futbol. “Para eso tuvieron que recubrirlo con una gran cantidad de tierra que es la que ahora debemos remover. Nos dificulta mucho la búsqueda, es como encontrar una aguja en un pajar”, sostiene Caballero; historiador que ha cimentado la teoría del lugar donde creen se hayan los restos.
En la primera fase, que durará aproximadamente 10 días, se centrarán en todo el montículo del campo deportivo hasta llegar al terreno original. “Después volveremos a rastrear la tierra con los georadares. Es fácil detectar si se ha movido el terreno junto a los pozos en los que pueden hallarse”, asegura Navarro.
Después llega una tercera etapa: otra excavación y la exhumación de los restos. “Siempre a expensas de lo que determine el Juzgado, se solicitará el preceptivo permiso a la Dirección General de la Memoria Democrática (DGMD) de la Junta andaluza para proceder a ello y a su traslado al laboratorio de Medicina Legal de la Universidad de Granada”, anuncia Navarro.