Gabinete: el difícil arte de dejar ir a l@s más brillantes 

Gabinete: el difícil arte de dejar ir a l@s más brillantes 

RETRATOS HABLADOS

“Si en la responsabilidad que desempeño soy muy bueno, ¿qué sentido tendría que me llevaran a otra parte?; y si soy muy malo en lo que hago, pues mucho menos habría lógica en buscar que me fuera a otra parte, cuando estaría obligado a responder por ser irresponsable”.

Más o menos así era la reflexión que hizo un ex gobernador, con certeza uno de los de más nivel político que haya tenido Hidalgo, cuando empezó a correr el rumor de que podría ser llamado al gabinete presidencial, por lo que se vería obligado a pedir licencia al cargo. Y no, no se trataba de un simple juego de palabras, sino una reflexión seria, lógica, que de entrada desechaba buscar los reflectores nacionales si no había concluido la responsabilidad para la que había sido elegido.

Misma profesión de honestidad intelectual y civil, deberán hacer cada uno de los todavía funcionarios, desde apenas hace poco más de un año, en el gabinete del gobernador, Julio Menchaca Salazar, porque es evidente que, si han resultado una maravilla natural en su trabajo para el que fueron designados por el mandatario hidalguense, y con apenas doces meses de labores, luego entonces deben quedarse, y de ninguna manera creerse los únicos que pueden aspirar a una diputación local, federal, senaduría o alcaldía.

Mucho menos si todavía no terminan una responsabilidad de tan alto nivel como es una legislatura federal, y ya se sueñan Senadores de la República, y, según ellos, inminentes y definitivos sucesores del actual gobernador del Estado.

Lo anterior también aplica para los que ya buscan reelegirse en el cargo, cuando poco, o nada se sabe, de su actual labor como integrantes del Congreso de la Unión. Es decir que “si son muy malos en lo que a su cargo”, por simple y sencilla ética política, si es que esta existe, ya debieran haber anunciado que no, que de ninguna manera pretenden reelegirse por haber dado resultados mediocres, o de plano malos.

Eso sí marcaría un cambio radical en lo que siempre se ha hecho en el país, y en lo que se pretende sea un nuevo momento de cambio radical: la honestidad intelectual.

Vamos por partes: sin duda hay funcionarios que en poco más de un año, han dado indicios de su inteligencia, de su entrega cierta al trabajo que les fue asignado. Pero es muy poco para que haya cristalizado el proyecto, o por lo menos dejarlos encaminados. Aquí aplica: “si soy muy bueno, ¿qué sentido tiene irme a otra parte?”.

Otros sí, efectivamente, pueden resultar muy, pero muy malos, y tiempo les faltará para corregir los yerros cometidos, enderezar la nave y hacer lo que se comprometieron a hacer.

Sin embargo, lo anterior se aplica en un escenario ideal, que, por supuesto, tardará mucho en existir como tal, y hoy por hoy, los aspirantes, al menos de Morena, que para muchos ya casi son ganadores de los comicios del 2024, aunque es evidente que nada en la política es seguro; le decía que los aspirantes de Morena, deben responder a un compromiso con el jefe político de dicho partido, que, en Hidalgo, es el gobernador Menchaca.

Porque abrir las puertas a verdaderos Judas Iscariotes, que de lograr copar el Congreso local le harán la vida de cuadritos al mandatario hidalguense, sería una inocentada. Hoy mismo hay legisladores locales, federales y hasta Senadores morenistas que responden a las órdenes de un jefe de grupo, a un político resentido, pero fundamentalmente a sus propias ambiciones.

Lograr un escenario de gobernabilidad, impulsa por todo lo anterior se tenga que echar mano de los mejores perfiles del actual gabinete, que por naturaleza son leales a quien los ha colocado en el cargo al reconocerles inteligencia y honestidad.

Sin embargo, también sería importante no desbaratar un equipo de trabajo, vital para caminar todavía otros cinco años. 

Cualquiera, en este complicadísimo escenario, se entrampa.

Mil gracias, hasta mañana.

Correo: jeperalta@plazajuarez.mx/historico/historico

X: @JavierEPeralta

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