El 2 de noviembre, además de ser un día que reúne a los creyentes de los fieles difuntos, también es conocido por ser el día de la Santa Muerte.
En la ciudad de Pachuca, en Hidalgo, los devotos salen a recorrer las principales calles de la ciudad acompañados de sus imágenes al son de banda o mariachi.
Lo que llama la atención de esta celebración es que no solo se puede ver la imagen de la Santa Muerte, sino también diversas representaciones del demonio, como “El angelito negro”.
Durante la procesión se podía observar a la “niña blanca”, como muchos le llaman, en diversos colores que abarcan desde el negro, blanco, verde y dorado, los cuales tienen diversos significados. Además, se pueden observar en diversos tamaños desde 10 centímetros hasta los dos metros de altura. Postradas en el techo de vehículos o en brazos, realizando su respectivo recorrido ante miradas de sorpresa, miedo, rechazo e indiferencia de los transeúntes.
La fe hacia la niña blanca ha ido en aumento, pues año con año se ven más personas reunidas en esta festividad. El gran número de seguidores se debe a la capacidad de la imagen para conceder favores a cambio de algo. Según Mario Pérez, creyente de la niña blanca, menciona que su fe comenzó sin pensarlo hace siete años. Comenta que un día le llegó una Santa Muerte pequeña como regalo y a partir de ese momento toda su vida mejoró.
Mientras que la fe que más sorprende es la del demonio. Las personas que acompañan en esta procesión llevan en hombros a sus demonios como si de un niño pequeño se tratase. A palabras de José Barcenas, creyente del angelito negro desde hace dos años, menciona que llegó a él porque José presentaba problemas de salud por brujería.
“Mi esposa me trajo aquí a la catedral y yo le dije a él que si me sacaba lo que tenía en la cabeza, lo iba a adorar, y en un mes me sacó todo y es por eso que estamos con él”, aseguró.
Hoy en día esta celebración es más común a ojos de las personas católicas o cristianas de la ciudad, pero sin duda alguna, para otras personas sigue siendo objeto de rechazo. Y es así, como caminando, de rodillas, descalzos e incluso a gatas, es como la gente celebra su fe en la Santa Muerte y el demonio.
