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“Un Sistema de Pensiones con la seguridad social y la sostenibilidad en el centro”

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“Un Sistema de Pensiones con la seguridad social y la sostenibilidad en el centro”

IGUALDAD SUSTANTIVA, EMPODERAMIENTO EFECTIVO

El documento “Fortalecimiento de los sistemas de pensiones con la seguridad social y la sostenibilidad en el centro elementos para la discusión de reformas previsionales en América Latina a partir de la experiencia comparada” de J.M. Badilla Espinoza, presenta la seguridad económica de las personas que se enfrentan a diversos riesgos asociados a la vejez como principal desafío, cuyo óptimo funcionamiento se logra a partir de un equilibrio entre objetivos individuales y objetivos de política pública con objetivos colectivos. 

El documento con fines de análisis, hace corresponder a los objetivos individuales como la suavización del consumo y de seguro, y a los de política pública como de alivio de pobreza y de redistribución, donde para llegar al equilibrio óptimo se requiere de la flexibilidad y capacidad de las realidades que viven distintos países considerando tanto sus debilidades como sus fortalezas dentro de los elementos de un amplio un marco metodológico.

A más de ello, se plantea la incorporación del principio de no discriminación como uno de los principales desafíos en la implementación de reformas para avanzar hacia sistemas universales y progresivos para dar respuestas a distintos grupos promoviendo la igualdad de género, profundizando en tres elementos de especial atención en donde la dimensión de género forma parte.

Para la dimensión de género y el principio de igualdad, se destaca que el objetivo de la seguridad económica en la vejez debe reconocer la autonomía de los hombres y mujeres, siendo parte del desafío permanente en el fortalecimiento de los sistemas de pensiones. 

En este sentido, la dimensión de género es un elemento prioritario y estructural dentro de los sistemas y no puede limitarse a aspectos particulares de estos como los pilares de alivio a la pobreza o las pensiones de sobrevivencia. Deben ser capaces de dar respuesta a la realidad de los países, en particular cuando son las mujeres quienes asumen principalmente el trabajo de cuidado, muchas veces con una carga desproporcionada y no remunerada. 

La desigualdad de género es común en la mayoría de los sistemas de pensiones del mundo, ya que las prestaciones están basadas en la historia laboral, salarial y contributiva. Además, las reglas que determinan el diseño y funcionamiento de los sistemas de pensiones también afectan los resultados; en particular, la dimensión técnica del diseño no es neutral a este desafío, ya que estos pueden replicar las desigualdades en los ámbitos de la vida social y económica en la jubilación. 

Se plantea que el estudio de la desigualdad de género no se ha abordado de manera extensa en la literatura relacionada con los sistemas de pensiones en América Latina a partir de las experiencias de reformas y el diseño de políticas públicas en materia de seguridad social. 

La OIT advierte que siguen existiendo grandes diferencias de participación en el mercado laboral entre mujeres y hombres, un mayor grado de exposición al desempleo e informalidad, y una mayor carga de trabajo no remunerado, perjudicando los resultados de las mujeres en los sistemas de pensiones. 

Entre estas desigualdades están las salariales, la menor empleabilidad en mercados laborales formales, la desigual distribución del trabajo de cuidados no remunerado, o el rol reproductivo y de cuidado de hijos e hijas cuya función / responsabilidad es asignada desproporcionadamente a las mujeres, al igual que los costos económicos detrás de esto. 

Es por ello que se trata de implementar “Un Sistema de Pensiones con la seguridad social y la sostenibilidad en el centro”.