Home Nuestra Palabra Miguel Rosales División de Poderes

División de Poderes

0
División de Poderes

PIDO LA PALABRA

Hoy estamos viviendo un round de sombra entre al menos dos de estos poderes, el Ejecutivo y el Judicial

De manera sencilla, ¿qué es la división de Poderes?, es una figura jurídica que proporciona equilibrio y contrapeso entre los diferentes Poderes de un Estado democrático. Es a través de esta forma de gobierno el que se logra evitar el abuso de poder y se abona a la igualdad de derechos de la sociedad.

Este principio político surge de las reflexiones de Montesquieu, como una balanza a los excesos de poder en manos de una sola persona, tal y como se daba entre los gobiernos monárquicos absolutistas; esta tesis, dio como resultado la génesis de un nuevo sistema de estructuración y organización del Estado.

Es así como en el derecho comparado surge lo que ahora conocemos como el Poder Ejecutivo, el Poder Legislativo y el Poder Judicial; cada uno de ellos con funciones específicas y por lo tanto acotadas, tal y como se desprende de los diversos ordenamientos constitucionales que han existido a través de la historia mundial.

En México, este principio de la división de Poderes lo tenemos plasmado en el artículo 49 de nuestra Carta Magna, al citar que “El Supremo Poder de la Federación se divide para su ejercicio en Legislativo, Ejecutivo y Judicial”, y que “No podrán reunirse dos o más de estos Poderes en una sola persona o corporación…”.

Este principio fundamental es la médula espinal de nuestra forma de gobierno, al impedir de manera expresa que una persona, física o moral, tenga el control de dos o más de estos poderes; el absolutismo está proscrito de nuestra Constitución Política.

Por todo esto, es importante tener bien claro qué queremos como forma de gobierno en esta etapa de la vida nacional; es indudable que cualquier mayoría arrasará en cualquier votación que se enfrente, pero no siempre las mayorías tienen la razón, en estos casos, las ideologías ganan por ser más, los intereses se imponen por ser vendidos como parte de un cambio, aunque no necesariamente ni son las mejores ideas ni mucho menos los mejores intereses, se vence, pero no se convence; aunque la mansedumbre es lo que incomoda.

Hoy estamos viviendo un round de sombra entre al menos dos de estos poderes, el Ejecutivo y el Judicial, ambos queriendo tener la razón y defendiéndola desde sus respectivas trincheras con argumentos, algunos jurídicos y otros que tienen más cara de sofismas que de verdades; las venganzas se están dando en todo su esplendor, disfrazadas de objetivos puritanos y de golpes de pecho.

El caso es que, en ese enfrentamiento de Poderes, vemos también un enfrentamiento de intereses y muy poco de enfrentamiento de ideas; lo importante es ver sometido al oponente, no importa como, pero nadie quiere perder. El vencedor presumirá su fuerza, aunque desde mi perspectiva lo único que podría provocarse es una brecha más amplia que volvería más lenta cualquier transformación que se pretenda, sea cual sea ésta última y que aún no alcanzo a vislumbrar.

No se trata de someter a uno de los poderes, tampoco podemos desperdiciar el tiempo enfrentándonos los unos a los otros, lo mejor es que los tres poderes colaboren para vencer a los grandes enemigos del desarrollo: la ignorancia, la corrupción y la impunidad. De otra forma, seguiremos siendo presa del comentario fácil y sin fundamento que todo los destruye y en nada abona al crecimiento social. Toda transformación comienza con la transformación política de todos los mexicanos, pero siempre respetando la división de poderes.

Las palabras se las lleva el viento, pero mi pensamiento escrito está.