* El asteroide, Fuentes y Cervantes
Carlos Fuentes leía cada semana Don Quijote de la Mancha. Eso decían pero nadie comprobó que llevara a cabo tal proeza, aunque se le hizo costumbre cuando rebasó los 60 años y por lo tanto puede ser real. Resulta que es, a una edad avanzada, cuando se puede encontrar la riqueza de los escrito por Cervantes y sí, tiene mucho que ver con los días en que Cristo fue traicionado y muerto en la cruz.
Hay dos personajes que decidieron llevar un ideal hasta la muerte uno, y a la locura el otro, destinos casi lógicos en los que abrazan un sueño; y por supuesto que estos tiempos están sobrepoblado de todo, menos de los que creen en la posibilidad de que el ser humano logre salvarse a si mismo.
Mañana mismo pasará un asteroide de medio kilómetro de diámetro muy cerca de nuestro planeta. Tiene por nombre 2014-YB35, y aunque no es la placa de un automóvil, sí nos puede dejar en esa condición si alguna broma del equilibrista del universo se presenta sin previo aviso.
Pasan tantas cosas en el mundo que a nadie espanta para estas fechas un anuncio como el anotado. Olvidamos con una enorme facilidad, y la Semana Santa pasó al olvido en cuanto a su origen, y seguramente en dos o tres generaciones será una conmemoración pero cada vez más desmemoriada.
Es por todo lo anterior que resultaría prudente empezar a buscar una lectura para estos días. A lo mejor no será El Quijote, pero puede ser otra. Algo que le evoque la capacidad del sacrificio por los demás, el amor entrañable a los ideales, el gusto único de ser una buena persona aunque sea por un día.
Carlos Fuentes platicaba a sus amigos que Cervantes era su lectura de cada año por estas fechas, y sin duda hacerla le ayudó a soportar las terribles tragedias que la vida le trajo en la muerte prematura de sus hijos. Cuando murió no era un hombre que se hubiera perdido en el dolor, por el contrario, supo seguir un camino que había construido con base a la perseverancia y por supuesto la genialidad que le acompañó hasta antes de perder la magia.
Por supuesto será menester, si hay dinero, pasear, visitar algunos lugares que los turistas de temporada ignoren, aunque la realidad es que, vaya donde vaya, se topara con cientos, miles de ansiosos por olvidar la rutina.
Sin embargo un libro, leerlo completo desde el Domingo de Ramos hasta el de Resurrección, pudiera ser una alternativa cierta, real para estas fechas.
Elíjalo con calma, paciencia absoluta, y luego entonces la leyenda que se construyó en torno a Fuentes y Cervantes, tal vez resulte verdadera.
En tanto prepárese porque a partir de mañana por la tarde, usted puede elegir entre pasar su propio viacrucis botellas y botellas de por medio, o descansar que es lo debido y fincar la costumbre de un libro por estas fechas.
Y despreocúpese, seamos de la idea de que todavía no nace el asteroide que nos sacará de circulación para siempre.
Mil gracias, hasta mañana.
twitter: @JavierEPerlata