Merkel asume responsabilidad del mazazo electoral

Aún así mantendrá el rumbo de su política

●    La canciller guarda silencio sobre su candidatura el próximo año presionada por sus socios bávaros

Ayer, como ya es habitual, los periodistas volvieron a preguntarle si piensa presentarse como candidata. Y, como hace siempre, se limitó a responder que lo anunciará “en el momento apropiado”.
Angela Merkel comienza cuesta arriba su último año de legislatura. La canciller alemana admitió ayer su insatisfacción con el resultado de las elecciones regionales del domingo, en las que su partido sufrió la humillación de perder, por primera vez en la historia de la República Federal, la hegemonía del centro-derecha en un Estado. La Unión Cristianodemócrata (CDU) quedó por detrás de la formación antiinmigración Alternativa para Alemania (AfD), que obtuvo el 20,8% de los votos.
 “Todos debemos trabajar para recuperar la confianza. Y por supuesto yo, como canciller y líder del partido, soy responsable”, dijo desde China, donde participaba en la reunión del G-20, rompiendo su regla habitual de no pronunciarse en el extranjero sobre política nacional.
La crisis de refugiados, admitió, acaparó la atención de unas elecciones regionales que en principio nada tenían que ver, y que se celebraban en un Estado rural que el año pasado recibió solo 23.000 solicitantes de asilo del millón que llegó a Alemania. Gran parte de ellos, además, se han desplazado a grandes ciudades o a otras zonas del país más prósperas. La canciller reconoció que ha perdido la confianza de muchos votantes, pero defendió sus decisiones de los últimos meses y no mostró ninguna intención de cambiar el rumbo de su política.
El fracaso electoral en Mecklemburgo-Pomerania Occidental –que sigue a los golpes encajados en otros Estados en los últimos meses y anticipa el de Berlín de dentro de dos semanas- no solo aumenta la presión interna sobre Merkel. También complica el debate sobre su candidatura para las elecciones federales de septiembre de 2017.

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