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UN INFIERNO BONITO

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MUCHOS DESMADRES EN LA RAZA

En la colonia La Raza que se encuentra hasta casa los diablos, en la punta del cerro donde las águilas se atreven, ahí manda el más fuerte, seguido hay pleitos, a la policía le saca subir porque a veces los bajan a pedradas y les ponen sus madrazos.

 

Esta vez los vagos se pasaron de lanzas, se encontraron de frente dos de las pandillas más sanguinarias de la colonia y se dieron hasta debajo de la lengua, fue una lucha a calzón quitado, de poder a poder, donde ganaron los malos. En la contienda a uno de ellos le partieron la madre y al otro el corazón, que lo mandaron al valle de las calacas. Pero eso no es nada de lo que pasó, quedaron entrados para la próxima.

Les voy a contar cómo estuvo la bronca para que no le digan ni le cuenten porque a lo mejor le mienten, esta es la triste y verdadera nota roja que ponemos en sus manos para que esté enterado. Una vez más las calles de la colonia La Raza se pintaron con sangre porque se enfrentaron la noche del sábado en un pleito callejero. A uno de ellos se lo echaron al plato, que no le dio tiempo de correr.

Unas horas después se enteró la familia del herido de que se lo llevó la calaca, se juntaron con otros amigos y salieron dispuestos a tomar venganza con sus propias manos, desmadraban a los que encontraban y quemaron un automóvil que al parecer era del asesino, eso fue en la madrugada del domingo, lo comenzaron a buscar debajo de las piedras y en toda la colonia y todo se volvió un infierno pero no bonito.

Los vecinos de la colonia dormían a pierna suelta, algunos estaban en peligro de morir achicharrados porque las llamas del coche alcanzaron varios metros de altura, que se miraban desde el centro y varias colonias y barrios de Pachuca. Algunos pensaban que estaba haciendo erupción, ya que el Popo no quiere.

Lo pelón estaba cuando comenzó a arder otro automóvil que estaba enfrente y la gente estaba espantada, abandonando sus viviendas por el temor de que explotara el tanque de la gasolina.

Por otro lado, la Secretaría de Seguridad Pública, Transito y Vialidad Municipal informó que el sábado recibió una mentada (perdón), una llamada de los vecinos, les dijeron que fueran pronto al Cerro del Cubitos porque dos pandillas se estaban dando hasta con la cubeta, era una batalla campal todos contra todos, rápidamente montaron a las camionetas patrullas y se llevaron a los policías estatales y salieron como tapón de sidra.

Llegaron a la explanada del cerro con el fin de poner el orden y calmar a los rijosos a punta de macanazos, pero no encontraron a nadie, el lugar estaba solitario, tal parece que todos estaban haciendo la meme, solo se escuchaban ladridos de perros, comenzaron a buscar a ver qué Pez. Por uno de los callejones encontraron a un hombre como de 35 años de edad, tirado y apuñalado, que estaba dando sus últimas patadas. Los socorristas de la Cruz Roja dijeron que estaba grave y se lo llevaron al Hospital General de Pachuca donde dio el último suspiro. Todo en el cerro quedó en silencio, no había ni una sola alma por su alrededores y regresaron cada quien a su pulguero.

Como a las 3 y media de la madrugada se informo que el hombre herido que encontraron había muerto. La noticia corrió como reguero de pólvora,  era la madrugada del domingo, varios vecinos, familiares y amigos del muerto salieron de sus casas, armados con cuchillos, palos, piedras, recorriendo calles y callejones, buscando al presunto responsable que se lo echó. Comenzó el desmadre, se metieron a buscarlos en todos los domicilios, parando a madrazos a la gente, buscaban al culpable y juraban que lo iban a despellejar vivo, y fue cuando quemaron el automóvil.

Todo era una pesadilla que estaba de la patada, los vecinos espantados, nuevamente pidieron ayuda a la gendarmería, que fueran a poner paz y que se llevaran a los bomberos porque estaba ardiendo un coche Nissan Tsuru rojo, con placas XGC1375 del estado de Tamaulipas, según dijeron que era del que mató a cuchilladas a su rival. Después de un buen de tiempo todo volvió a su lugar, los tragahumo regresaron a su cuartel lo mismo que los uniformados. Los agentes de la Coordinación de Investigación ya andan tras los huesos del homicida.

 

 

MURIÓ CUANDO ESCAPABA DE LA POLICÍA

Chocó contra una camioneta colectiva, los iban correteando los uniformados, todo pasó por una cosita de nada, dos jóvenes que viajaban en una motocicleta se accidentaron cuando los perseguían en una camioneta patrulla de la gendarmería de Tulancingo, a uno de ellos lo levantó la Cruz Roja con vida y murió en un sanatorio particular.

Juan Ramírez Hernández, de 21 años de edad, murió el mismo día del accidente. Jovany Ríos Maldonado, de 19 años de edad, era el que lo acompañaba montado en la moto. Declaró que se encontraba en su casa cuando su amigo pasó por él y abordaron la moto con el fin de trasladarse a Honey, Puebla.

Cuando circulaban por la calle Vicente Guerrero cuando unos patrulleros les marcaron el alto y les dijeron que los iban a infraccionar porque ninguno de los dos llevaba casco protector. Juan Daniel no les hizo caso y dio el arrancón para escaparse a toda velocidad, la policía hizo lo mismo y fueron tras ellos, en las calles de Nuevo León y Francisco Márquez fue donde se accidentaron.

Una combi colectiva de la ruta Centro-Adolfo López Mateos se atravesó y el motociclista chocó de frente, los dos salieron volando, dando maromas en el aire, cayendo de ranazo, Juan Daniel sufrió fracturas graves que le causaron la muerte.

Algunos de los testigos del sector que se dieron cuenta del percance dijeron que de alguna manera los uniformados eran culpables de que los jóvenes sufrieran el accidente, porque los correteaban con las torretas abiertas, como si hubieran sido algunos delincuentes, y ellos mismos sabían que su delito era por no usar el casco de seguridad.

El MP que inició la averiguación no descartó la culpa de los policías que los iban correteando, los van a citar para que declaren confome a los hechos y se determine si son culpables o no. Los familiares de las víctimas también se inconformaron en contra de los policías por haberlos correteado, por lo que piden que se investigue a fondo. Juan Daniel Ramírez se dedicaba a la reparación de aparatos electrónicos y deja en la orfandad a su hija de dos años y medio y a su mujer que vivía con él desde hace 3 años.

 

CAYEROS TRES RATONES EN LA RATONERA

De vez en cuando les llega una chispita a los uniformados en el cerebro y es cuando entran en acción para detentar a los ladrones como en este caso. Unos minutos después de haber asaltado violentamente un negocio y tras haber huido corriendo, tres peligrosos rateros que llevaban pistolas cayeron en redes de los uniformados de Tulancingo.

Los hechos se registraron el fin de semana, que por un pelito de rana los asaltantes se hubieran enfrentado a plomazos con los uniformados con el fin de pelarse de casquete. Pero finalmente ganaron los buenos y fueron sometidos los malos. Todo comenzó como a las 10 y media de la noche, cuando los uniformados hacían su recorrido de vigilancia les llegó una mentada (perdón), una llamada por radio donde des dijeron que habían asaltado la tienda “Súper Ahorro” en la calle de San Luis Potosí 2900, en la colonia Vicente Guerrero.

Les dijeron que se pusieran abusados porque los asaltantes llevaban pistolas y no les fueran a dar en la madre, porque a la que cuida y encargada del negocio le abrieron el coco a cachazos y los despojaron con 12 mil varos y escaparon en un automóvil Ford Fiesta negro. Sin pérdida de tiempo los uniformados se dirigieron al lugar de los  hechos y la víctima les contó cómo había estado la movida.

Les dijo que como seña particular el coche donde viajan los ladrones tiene un golpe en la parte trasera y se habían ido por el circuito Chapultepec. Realizaron un operativo de búsqueda y se dieron cuenta que un coche con las mismas características iba como alma que se lleva el diablo sobre el circuito Chapultepec, con dirección al Boulevard Emiliano Zapata.

A la altura de la calle Cantera comenzaron a seguirlo y por el altoparlante les dieron orden de que se detuvieran pero no los pelaron y se siguieron de filo, le metieron la pata agarrando más velocidad a unos 140 kilómetros por hora, los uniformados hicieron lo mismo porque la policía como chofer contrata a pilotos de la fórmula uno, y los alcanzaron fácilmente cerrándoseles en la carretera.

Les dijeron a los delincuentes que se bajaran, les contestaron que los calzones nunca, les dijeron que del automóvil, cuando lo hicieron les pidieron que se tiraran al suelo, con la manos en la nuca, y les advirtieron con cualquier movimiento sospechoso que hicieran los dejaban como coladeras, porque para estos casos utilizan cuernos de chivo. Uno de ellos dijo que se llamaba Mateo Cruz Santa, le encontraron fajada en la cintura una pistola cargada de balas, a su cómplice Eugeniso Bautista le decomisaron un arma de fuego con las mismas características de la anterior. El conductor de vehículo llamado Virgilio Ramírez Guzmán les dijo que era mejor que los dejaran ir porque de lo contrario se iban a morir, que no sabían con quién están tratando, el policía le dio un madrazo en el hocico por amenazarlo, y le dijo que se callara.

Los uniformados se los llevaron esposados y los pusieron ante el MP acusándolos por los delitos de posesión de arma de fuego exclusiva para los soldados, por ultrajes a la autoridad, amenazas y desobediencia. El vehículo fue llevado corralón, tiene placas de circulación 408-UEA del Distrito Federal y para que no se hagan bolas, les voy a decir cuántos años tienen: Virgilio 38, Eugenio 26, y Mateo 49 y son originarios de Huachinango, Puebla.

 

MONOS ARMADOS COMETEN DOS ASALTOS

Los asaltos fueron cometidos por dos grupo armados que hicieron víctimas a los empleados de una gasolinera, un  Oxxo y al chofer de un  camión del servicio público.

El primero de los asaltos fue en un expendio de gasolina que se encuentra en la carretera federal México-Laredo, en la jurisdicción de Actopan, a la altura del Campus-Universidad. De acuerdo con el reporte policiaco, como a las 6 de la tarde un grupo como de 20 hombres con armas largas y cortas, viajaban en tres camionetas, una Ford Lobo guinda, una Suburban azul marino y la otra Chevrolet blanca, tipo deportiva. Llegaron exigiendo que les llenaran el tanque.

Antes de seguir su camino, amagaron a los empleados apuntándoles con sus armas y les quitaron 10 mil pesos, producto de la cuenta del día, poco después los asaltantes entraron a la tienda Oxxo e hicieron lo mismo, apantallaron y amenazaron a los empleados de que les iban a dar chicharrón, se llevaron 8 mil pesos y se fueron quién sabe por dónde, cuando llegó la policía no les vio la cola.

En el otro asalto y robo intervinieron dos ladrones que se subieron en calidad de pasajeros en un camión guajolotero de la ruta Palmar-San Antonio-Centro. El chofer Roberto Hernández, de 40 años, dio a conocer que aproximadamente las 11 de la mañana, una pareja le hizo la parada y más adelante uno de ellos se levantó con una pistola en la mano y le dijo: “Esto un asalto”. Enseguida lo despojaron de 5 mil pesos y le pidieron que se parara, se bajaron y se subieron por el cerro. Cuando le contó a su patrón, éste le dijo que “A otro pero con ese hueso”. No le creyó porque los piratas del asfalto asaltan a los pasajeros, no al chofer, le dijo que les preguntara a los pasajeros, ellos son testigos de lo que pasó, cuando fueron a certificar no había ninguno, dijo el que barre los camiones que luego de que se paró, se bajaron corriendo y hasta lo tumbaron.

gatoseco98@yahoo.com.mx