Aumentos en precios de electricidad y gasolinas, ¿por el bienestar de quién?

NÚMEROS CLAROS

México pareciera un país sin voz, mudo, sin aliento, donde el gobierno puede ejercer su poder sobre los ciudadanos, avalado por los partidos políticos, en el cual la resignación parece campear sobre todos, sin esperanzas de cambio y de justicia; en el que se pueden aumentar las tarifas de electricidad, gas y combustibles, aunque un mes antes se dijera que se bajarían; donde se puede matar y desaparecer a los ciudadanos, sin que nadie pueda hacer valer la ley y el Estado de derecho.

Los aumentos de las tarifas de electricidad y de las gasolinas no dan tregua a una población devastada por la crisis. Evidentemente, quienes trabajan dentro del gobierno federal hoy con sueldos superiores a los 50 mil pesos mensuales, no ven la dimensión de la crisis, de la pérdida del poder adquisitivo de los salarios y del aumento de los precios; sin embargo, los millones de mexicanos que sobreviven con salarios menores a diez mil pesos mensuales, menos de 500 dólares al mes, con dificultades pueden cubrir sus necesidades. Sin hablar de los que viven en condiciones de pobreza y pobreza extrema.
    Hoy los datos del INEGI hablan del aumento del número de hombres y mujeres que trabajan en la economía informal, más del 57.1% de la Población Económicamente Activa (PEA), frente a la retórica de las estadísticas de desempleo que hacen pensar que en México sólo el 3.8% de la PEA estuvo desocupada, menos de 3 millones de personas ¿Qué gran país y que pujanza económica no?, con tasas de desempleo mucho mejores que en Alemania, Francia, sin mencionar las de España y Grecia.
 ¿Usted puede creerlo?
Dudo que lo haga, como tampoco creo que hoy crea en las promesa hechas por el presidente Enrique Peña Nieto durante su campaña presidencial, de que Usted vería en su mesa reflejado el aumento de los salarios y de su bienestar; de que las reformas aprobadas en 2013 se hacían buscando aumentar ese bienestar de su familia, de que los precios de las gasolinas y de la electricidad se reducirían. Éstas últimas promesas, retomadas en spots publicitarios a principios de este años antes de las elecciones intermedias, asegurando que el gobierno reduciría las tarifas eléctricas.
Hoy podríamos decir que el gobierno actual de nuestro país, es un gobierno retórico, sin palabra y sin memoria.  Pero lo peor de todo, es que mientras los mexicanos seguimos enfrentando los problemas económicas y viendo cómo se reducen nuestros ingresos por pérdida de empleo, reducción de salarios o pérdida de su poder adquisitivo por el aumento de la inflación, empujado por el aumento de las gasolinas y de las tarifas eléctricas, se siguen filtrando casos de corrupción y de abuso de poder, de compra de mansiones y apartamentos de lujo en las principales ciudades del mundo por parte de la primera dama o de su equipo.
Hace un mes, los ciudadanos estaban apenas digiriendo el aumento de los precios de las gasolinas, los cuales se habían incrementado en el litro de Magna de 13.40 a 13.96 pesos, el litro de la Premium de 14.37 a 14.81 pesos y el de diésel de 13.77 a 13.98 pesos, y ahora se anuncia un nuevo aumento.
Ahora, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) ha anunciado que aumentará en 2 centavos en el precio de los combustibles a partir de este jueves 1 de septiembre, por lo que la Magna costará 13.98 pesos por litro, el Diésel se ajustará 47 centavos, vendiéndose a 14.45 pesos el litro, sólo la gasolina Premium se conservará su precio de 14.81 pesos por litro, para tranquilidad del pueblo seguramente.
Las tarifas eléctricas van por el mismo camino. Al iniciar el mes de julio pasado, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) informaba que ajustaría las tarifas en ese mes, producto del incremento de los precios de los combustibles para producirla, pese a la caída de los precios internacionales del petróleo, señalando que las tarifas para el sector industrial aumentarían entre el 2 y el 5% y para el sector comercial de entre 5 y 7%.
Además, la CFE explicaba que para los hogares de alto consumo, los cuales pagan la Tarifa Doméstica de Alto Consumo (DAC), el incremento sería del 6.8%. Recordemos que hoy existen ya más de 450 mil hogares que pagan la tarifa DAC, con consumos superiores a los 500 kWh por  bimestre; sin embargo, no es suficiente para el gobierno, el cual quiere ver a todos los hogares de la clase media para arriba, pagando la tarifa DAC cuanto antes, sin importar su nivel de ingresos y si tienen o no empleo.
Ahora la CFE ha informado que aumentó las tarifas para el sector industrial y comercial, así como las del sector doméstico de alto consumo.  Por lo que las tarifas para el sector industrial en el mes de septiembre sufrirán un incremento de entre el 6.5% y 8.4%,  en comparación con septiembre del 2015, de acuerdo al comunicado de la CFE. Mientras que para el sector comercial, el incremento será de entre 8.6% y 9.4%. Pero no es todo lo que ha informado, también la tarifa de uso doméstico de alto consumo, la DAC, aumentará en 9.3%, en promedio anual.
El mes pasado la CFE había dicho que a partir del mes de agosto en curso, todas las viviendas, comercios e industrias que consuman más electricidad, tendrán un incremento del 9% en las tarifas que venían pagando, respecto al mismo periodo de 2015, apenas por debajo de lo que se incrementarán las tarifas de los centros fabriles del 9.2%. Entonces era el segundo incremento en las tarifas eléctricas de manera consecutiva para la industria y el comercio, que se incrementarían en entre el 2.54% y 3.36%, desde el 1 de agosto, respecto del precio vigente de julio.
Ni siquiera vale la pena hablar de los cobros indebidos a los hogares por parte de la CFE, empeñada en situarlos dentro de la tarifa DAC a como dé lugar, sin justificación alguna, cambiando medidores y sacando promedios inventados de consumos que nunca se produjeron.
México pareciera un país sin voz, mudo, sin aliento, donde el gobierno puede ejercer su poder sobre los ciudadanos, avalado por los partidos políticos, en el cual la resignación parece campear sobre todos, sin esperanzas de cambio y de justicia; en el que se pueden aumentar las tarifas de electricidad, gas y combustibles, aunque un mes antes se dijera que se bajarían; donde se puede matar y desaparecer a los ciudadanos, sin que nadie pueda hacer valer la ley y el Estado de derecho.

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