• Trump apela a ese sector del electorado desencantado con su país, preocupado por la inmigración y que se considera víctima de discriminación contra los blancos
Trump se vio obligado a distanciarse de grupos supremacistas y nacionalistas blancos que le declararon su apoyo. Expertos aseguran que Trump repite consignas que apelan a la preocupación de un sector del electorado por la influencia de la inmigración, los cambios demográficos y lo que consideran como un “discriminación a la inversa”
Donald Trump, el empresario que ha roto con todos los moldes en campaña electoral, apela especialmente a un grupo de la población, la que fuera mayoría blanca cristiana está hoy cerca de perder ese estatus entre los votantes norteamericanos y se muestra preocupada por la influencia de la inmigración, se considera víctima de discriminación y cree que su país está a la deriva desde la década de 1950.
“La América actual no refleja aquella en la que crecieron”, explica Robert P. Jones, autor de El fin de la América cristiana blanca y presidente de una de las principales casas de sondeos de EU Jones asegura que este grupo del electorado que también forma una de las bases republicanas “vive hoy en la nostalgia” y a ellos va dirigida la promesa de Trump para “hacer que América sea grande de nuevo”.
Esa nostalgia está marcada especialmente por la inmigración y el descenso en el número de estadounidenses afiliados a alguna religión -especialmente entre los cristianos- y la falta de un relevo generacional en las prácticas religiosas. Este es un repaso a los principales asuntos que caracterizan a uno de los grupos del electorado protagonista de estas elecciones, asegura Jones.
La población estadounidense se muestra profundamente dividida ante la pregunta de si su país ha mejorado o empeorado desde la década de 1950. La opinión pública general se reparte en dos mitades iguales, pero las proporciones varían cuando se trata de la clase trabajadora blanca y, especialmente, al preguntar a los votantes del candidato republicano.
Según un estudio del Public Religion Research Institute (PPRI) que preside Jones, el 62% de los estadounidenses de clase trabajadora y el 70% de los protestantes evangélicos consideran que el país ha empeorado en las últimas seis décadas. El porcentaje aumenta aún más entre los republicanos y los seguidores de Trump, ya que 68% de ellos creen que la vida en EU ha ido a peor. En contraste, un 66% de demócratas considera que ha mejorado.