HOMO POLITICUS
Todos sabemos que el sueño americano se fraguó a sangre y fuego, en el crimen y el genocidio de los grupos indígenas delo que hoy es America del Norte; pero también, el sueño americano se construyó en el robo, la explotación, usura e imperialismo, en México como en otros países y pueblos del mundo esto lo sabemos bien, recordemos los 2 millones de kilómetros de territorio perdido.
También el sueño americano se construyó y construye en la industria bélica que requiere de guerras para funcionar, es decir, requiere de la muerte de seres humanos, de quitar sueños de libertad y autonomía a pueblos pobres, que no son más débiles que el gigante del norte sino menos preparados.
Desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos provocó una escalada armamentista y generó conflictos “convencionales “como Vietnam, la industria texana de las armas se convirtió en el verdadero puntal de la economía norteamericana junto con el capital usurario, cuestión que no sólo ensombreció al mundo, sino que lo convirtió en una cloaca de amos y neoesclavos.
En ningún país del planeta los ciudadanos tienen acceso legal al número de armas que tienen los norteamericanos, también, en ningún país del mundo los homicidios y muertes violentas igualan a la cantidad de personas que mueren por estas circunstancias en Estados Unidos y, eso que en México en los últimos años nos hemos esmerado al respecto.
Por si fuera poco en esta sociedad de empistolados, no puede extrañar que sea en Texas, donde incluso asesinaron a John Kennedy, que para colmo de males en una universidad y, a 50 años que en la Universidad Austin Texas, se cometiera el asesinato de estudiantes por un francotirador llamado Charles Whitman, se permita de manera legal portar armas ocultas.
Lo pendejo del caso y absurdo, no sólo es permitir que en un recinto educativo o fuera de él se permita la portación de armas a civiles, lo que impugna la viabilidad, dicho sea de paso, de los cuerpos de seguridad pública y policía gringa, sino los propósitos del conocimiento que son crear sociedades integras y proclives a la armonía social.
Quizá el viejo Oeste cautiva al gringo, que estúpidamente cree que el estar armado pacifica a cualquiera, siendo que las evidencias empíricas admiten que entierra de empistolados los cadáveres se multiplica.
