RELATOS DE VIDA
Agradezco este tiempo de la mano, en el que aconsejaste, sugeriste variedad de tentaciones, en el que entrando a mi conciencia, a través de estereotipos comerciales, me obligabas a salir adelante en este reto.El inicio como en toda relación se basó en un anhelo, hubo compromiso, pero en ocasiones resistencia por el frenesí que provocabas, principalmente por las noches, en donde las ansias eran mi principal combatiente.
He visto resultados, como cambios de humor e incluso nuevos hábitos, pero necesito un descanso, un momento dulce, también salado y picoso, tal vez unos minutos grasosos, un espacio en donde no te metas en mi mente y pensamientos.
Por un instante quiero tomar las riendas de este gusto insaciable, en el que pueda recordar esa variedad de imágenes, esa diversidad de sabores excitantes y prohibidos, esos manjares a los que estaba acostumbrada.
Sé que después de esos minutos, la conciencia me azotará, sentiré culpa y regresaré a ti, tan comprometida con el principio, probablemente con una meta más grande que estará impulsada por el remordimiento de mi caída.
En esta etapa siento como un adicto, como si mi sistema reclamara una sustancia, y tu inflexibilidad carcome mis entrañas, por favor calma esta locura… este frenesí por comer, te lo imploro querida dieta.
