REGRESA VIEJO METODO PARA ROBAR.
Los ladrones son muy ingeniosos, para asaltar a la gente, o robarla cuando se deja. En esta ocasión ponen piedras grandes en la carretera, para que el automovilistas se detengan y es cuando lo asaltan.
Al que le toco bailar con la más fea fue aun distribuidor de productos Diconsa, en la carretera Eloxochitlan- Molango, como a la una de la madrugada. Los ladrones con mucha suerte se llevaron un botín de 90 mil Chuchos, en efectivo, que era el producto, de lo que había recolectado la victima en su recorrido. Por la región hidalguense.
José Isabel Hernández Pacheco, de 32 años de edad, le reporto el asalto a los elementos de la Coordinación de Seguridad Regional. De Molango, quienes de inmediato limpiaron su carabina, y se organizaron para ir tras los ladrones de Rio Frio. Pero antes lo confesaron como había estado la movida, para caerles como aboneros en quincena.
Les dijo que al circular por la carretera a Eloxochitlan- Molango, en un camión Dina, color blanco con placas de circulación HH-46141, con razón social Diconsa, de momento vio muchas piedras grandes en la carretera, tuvo que detenerse para quitarlas, se bajo echando mentadas de madre, en contra de los que las pusieron, porque eran muchas de todos tamaños.
En esos momentos, le salieron dos hombres, con un paliacate que les tapaba nariz y boca.
Se espanto y se hizo para atrás, cuando le enseñaron la pistola, “esto es un asalto baboso, entregamos todo el dinero que llevas, o te llenamos de agujeros” en un principio quiso venderle chiles al verdulero, y les dijo que no llevaba nada de dinero, Pero cuando cortaron cartucho no le quedo otra de dárselo, hasta lo de sus viáticos.
Los asaltantes, le dijeron que contara del uno al mil, y que lo hiciera con calma, para que no se brincara ninguno, mientras ellos se perdieron en el monte. Cuando llego a contar los mil, fue cuando quito las piedras y se subió al camión “Y vieja el ultimo” le metió la pata y se detuvo en la población mas cercana para pedir ayuda a las autoridades.
Pero le dijeron los uniformados, que tenia que poner su denuncia a Molango, para que los fueran a buscar, porque sin denuncia no ha delito que perseguir, le dijeron que se apurara antes de que los ladrones se fueran lejos.
SE LA LLEVARON DE CORBATA.
Cruzo la carretera a todo lo que daba y la atropello, un automóvil el chofer corría como loco, donde hay paradas de autobús. Una mujer resulto muy lesionada al ser embestida con un vehículo compacto, cuando intentaba cruzar el Boulevard de la entrada a Tizayuca, recibo un santo madrazo por la retaguardia, que la hizo volar como al hombre bala.
La victima, se llama María Guadalupe Rocha Salas, de 48 años de edad, de oficio artesana. Dijo uno de los testigos, que lo vio todo, que descendió del autobús y echa la mocha quiso pasar el boulevar para llegar a la banqueta. Y esperar a una combi que la llevara a su domicilio en la colonia Emiliano Zapata, y en ese momento fue cuando le llego el coche, que corría muy velos, sin precaución ninguna. Era un automóvil compacto Chevrolet Chevy color azul, placas de circulación MCH- 106 del Estado de México, conducida por José Fernández Elizalde.
Varia gente, que fue testigo de los hechos, dieron aviso a las autoridades, que llego con la ambulancia de la Cruz Roja, a ver que Pez, y los socorristas le dieron los primeros auxilios, y dijeron que había quedado toda destartalada, se la llevaron al hospital militar, de la base Santa Lucia del Estado de México.
Llegaron los oficiales, de Tolcayuca, que fueron los primeros en enterarse porque dijeron que andaban patrullando el lugar, pusieron el abanderamiento, para evitar accidente, ya por esos lugares, pasan los choferes, como si fuera pista de carreras.
Llego una grua y se llevaron al Chevy al corralón y al chofer quedo detenido, hasta que no arregle su bronca que esta de la patada, porque la mujer presenta un cuadro grave.
UNA SANGRIENTA DISPUTA.
Una mujer de 42 años de edad, fue a buscar a su amiga, para contarle que una joven de 25 años, que era una buscona, andaba de cuzca con su marido, y que al otro ya le había dado agua de coco, porque peleaban mucho y pensaba dejarla para cambiar de nalgas.
La amiga, le dijo que estaba como charrasca de zapatero y al momento que quisiera la acompañaba para darle una desgreñada a la mujer, que le quiera tumbar a su viejo cochino. La mujer, ofendida llevaba una navaja, y la amiga un ladrillo en cada mano, por si la vieja tumba hombres se les echara al brinco, ya tenían un plan de que no fallaría.
Las dos mujeres, caminaron a media calle para encontrar de frente a la enemiga en amores, dio la casualidad que también la joven iba en su busca para pararle los tacos a la vieja del hombre de quien estaba enamorada, Las tres viejas peloneras se juntaron frente a frente, mentándose la madre y diciéndose toda clase de maldiciones,
Sin darle tiempo a montar a su caballo, la señora ofendida de nombre Gabriela Leticia, le llego a la joven de 25 años, de nombre Marlene, por la retaguardia y le clavo la navaja, en las nalgas. Y no dejaba de insultarla.
La joven, al sentir el piquete y al escurrirle la sangre por las patas, se puso como el hombre verde, le quito uno de los ladrillos a su compañera de su enemiga y se lo quebró en la cholla, que cayo parando la patas, la amiga al ver que estaban duro los cocolazos, se echo a correr, pero no se salvo de que le dieran un piedrazo a medio perro, que la tumbo.
Marlene se regreso, y le dijo a Gabriela Lucila, “ahora si mendiga, estamos mano a mano y la lucha será a calzón quitado” Los vecinos, que estaban mirando como se daban, no las desapartaron, sin no por el contrario pedían que se dieran mas, porque al caer se daban de vueltas, y enseñaban los calzones, aunque lo de Marlene estaban rojos.
Cuando la lucha, estaba a toda madre, llegaron las viejas de los mirones, y se los llevaron a sus casas, zurrándolos, por estar de babosos, llego la policía y se las llevaron a la barandilla, y después ya no supimos en que quedo la madriza.
UN MOTOCICLISTA SE ROMPIO EL CUELLO.
Choco contra una camioneta, en el Boulevard Colosio en Pachuca, quedo con graves lesiones, y por un pelito de rana ya no lo cuenta, esto es porque los tránsitos, no han podido poner un reglamento, donde los motociclistas usen su casco aunque sea de bacinica como los motociclistas de la policía, y corran lo que deben correr de acuerdo por donde vayan.
Cada que hay un accidente, se la cargamos a transito para ver si la conciencia no los deja dormir, y así andan trabajando, el con ductor, de un a Ítaca que según dicen que invadió el carril contrario y “Bolas” choco causándose grandes lesiones, se fue de filo contra la camioneta tipo Pick up, el aparatoso accidente ocurrió en la mañana del martes como a las 10 y feria en la capital hidalguense.
José Luis Casimiro Hernández de 42 años, es el nombre del motociclista, que tan solo con el apellido Casimiro, lo hubieran infracciónado. La motocicleta era de color negro sin placas, fue auxiliado por los socorristas de la Cruz Roja y se lo llevaron a la clínica Marfil.
No dijeron el tipo de lesiones, que llevaba pero el madrazo estuvo de pelos, para imaginarnos, que corría por lo menos a 60 kilómetros por hora. Se dijo que el motociclista invadió el carril contrario, donde el chofer de la camioneta Ranger placas de circulación HJ- 13420 conducida por Ángel Luna Velázquez, argumento, que no tenían que llevarse la unidad, porque el que se dio en la suya, fue el culpable, que el, iba a la normalidad, de momento al verlo que iba contra el, solo cerro los ojos, y agarro el volante con las dos manos.
LAS HERMANAS CARAMBAZO.
Esta es la historia de dos hermanas, Juana y María, de 23 y 24 años de edad, por coincidencia se casaron con dos hermanos, Alfredo y Jaime de la misma edad, tienen su domicilio en la calle de Humboldt de la colonia La Estrella.
Jaime y Alfredo Hernández Pérez, son trabajadores de la Compañía de Luz, se casaron el mismo día hace aproximadamente un año, se mandaron hacer una casa, en la misma cuadra, y son felices, con sus mujeres, Juana y María González Díaz, siempre están juntas y salen a todas partes, a pesar de que cada quien tiene su casa, se dejan cuando van a llegar sus maridos.
La semana María le dijo a Juana, que ha visto a su esposo medio misterioso, Juana le contesto que están iguanas ranas, que anoche estaban mirando una película para adultos y se quedo dormido.
Esa noche, les avisaron a sus mujeres, que al día siguiente los iban a mandar a Tulancingo, a poner una línea, como era sábado iban a llegar hasta el domingo. Que era orden del sobrestante.
Juana, le dijo a su hermana que el trabajo es el trabajo, Al día siguiente sin tener alguna sospecha, les dieron su bendición y los vieron alejarse en una camioneta de la compañía.
A Juana se le ocurrió una idea, le dijo que desde que se casaron no salen a un baile, y que estaría bueno ahora que están solas ir a bailar, La idea no le pareció mal a María y esa noche se arreglaron en un salón.
Pensaron ir a un a bar, Tormenta del Oeste, como se encuentra en la avenida Juárez era fácil agarrar algún taxi con facilidad.
Las señoras iban entrando al Bar, vieron a sus esposos con otras mujeres, al verlos hasta se les cayeron los calzones, pero formaron un plan de espiarlos a ver de que se trataba.
Como había mucha gente, se sentaron en un a mesa en la orilla le dieron una propina a un mesero para que les apagar un foco, porque a ella le lastimaba la luz, y desde ahí los habían localizado, bien.
Vieron a cada rato se paraban a bailar. Y se besaban eso ya no lo aguantaron, se pararon llegándoles por atrás, cada una de ellos les rompió una botella en la cabeza, se armo el relajo, llegaron los de seguridad, otros borrachos se estaban peleando, ellas se salieron tomaron un taxi y llegaron a sus casas, cada quien se fue para la suya a esperar a sus maridos. Al día siguiente les fueron avisar de que Jaime y Alfredo, estaban en el Hospital General.
Fueron a verlos les dijeron que los habían asaltado en el camino, les quitaron todo lo que llevaban, pero en esos momentos al entrar a Pachuca, había una riña afuera del bar la Tormenta del Oeste, y los confundieron golpeándolos, y que están abiertos de la cabeza.
Las mujeres los ayudaron y cuando salieron los cuidaron y les dijeron que eso les pasó porque no las llevaron, guardaron el secreto, porque con el golpe tenían abierto el cráneo. Quedaron mensos y ahora hacen lo que ellas les piden.
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