Texas legaliza llevar armas en universidades

Echan gasolina al incendio
●    La medida entra en vigor a 50 años del primer tiroteo masivo de EU, en una universidad texana

La nueva ley, permite sólo el uso de armas ocultas -sigue prohibida la exhibición pública de pistolas y rifles en los campus- rige para todas las universidades públicas. Las privadas tenían la opción de eximirse de su cumplimiento y así lo han hecho todas salvo una, la Universidad Amberton de Garland
La ley que permite portar armas ocultas en los campus universitarios entró en vigor el lunes en Texas, que se convierte en el octavo Estado de EU que legaliza esta práctica en recintos universitarios. La polémica normativa entró en vigor en un día no menos controvertido, ya que el lunes se cumplieron 50 años de la que es considerado el primer tiroteo masivo de la historia reciente del país. Que tuvo lugar, precisamente, en una universidad texana.
El 1 de agosto de 1966, Charles Whitman, un estudiante de ingeniería de 25 años, subió a lo más alto de la torre del reloj de la Universidad de Texas en Austin y comenzó a disparar de forma indiscriminada.
El primer objetivo de este exmarine entrenado como francotirador fue una joven de 18 años y embarazada, a la que alcanzó en pleno vientre. Después, disparó al cuello de su novio. Mientras los dos se desangraban en pleno campus, Whitman, que previamente había asesinado a su esposa y a su madre, siguió disparando durante hora y media hasta matar a un total de 16 personas y herir a más de 30 antes de que la policía lograra abatirlo.
Medio siglo más tarde, Austin conmemoraba el que se considera el primer tiroteo masivo no asociado a un campo de batalla de la historia moderna de EU con la inauguración de un memorial para las víctimas de una masacre repetida demasiadas veces desde entonces.
A esta ceremonia tenía previsto acudir este lunes Claire Wilson James, la joven embarazada de ocho meses que fue la primera víctima de Whitman. Ella sobrevivió. No así su bebé no nato, que murió ese día, igual que su novio.
La mujer, que hoy tiene 68 años y nunca más pudo tener hijos, ha sido una de las mayores críticas de la entrada en vigor de la ley sobre armas que permitirá que, técnicamente, a la conmemoración de la masacre que marcó su vida y la de tantos otros estudiantes y profesores medio siglo atrás puedan acudir estudiantes armados como su agresor Whitman.

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