Una vez más, los Viacrucis vivientes regresaron a las calles
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Una vez más, los Viacrucis vivientes regresaron a las calles

  • Décadas de tradición convocaron a miles de personas que se dieron cita para conmemorar la pasión y muerte de Jesucristo. 

Tras el confinamiento por la pandemia y las secuelas que todavía se podían sentir en la sociedad el año pasado; este 2023, fue para los católicos motivo de retornar a la fe y regresar a las calles para la celebración de la Semana Santa en Pachuca, por lo anterior, miles de personas acudieron a los Viacrucis Vivientes que se organizan en colonias y barrios populares.

Barrio El Arbolito 

El camino hacia el Calvario. El Arbolito

El recién nombrado Barrio Mágico “El Arbolito” conmemoró el 54 aniversario de Semana Santa, realizando el tradicional y más antiguo Viacrucis Viviente, de la capital hidalguense.

Antes de iniciar, el organizador, Eduardo Pichardo, presentó el viacrucis minero y anunció que en esta edición 54, el joven David representó a Jesús, convirtiéndose en el más joven en la historia de esta tradición católica en el Arbolito.

El contingente de actores, acompañados de habitantes de la capital hidalguense y turistas, salió de la Casa de Cultura, llegó al Gato Montés, recorrió Galeana y subió a la Mina del Cuixi en donde se realizó la Crucifixión de Jesucristo.

Fueron cientos de personas que caminaron bajo un día soleado, reviviendo las estaciones que integran la Pasión de Cristo, desde los azotes y la sentencia a muerte por parte de Poncio Pilatos, quien después se lava las manos y exclama donde es azotado y después sentenciado a muerte: “Perdóname Jesús, no pude salvarte”.

Las tres caídas, en las que se encuentra con su madre María; la Verónica le limpia el rostro, donde la imagen se queda impregnada en el pañuelo; y también es ayudado por Simón el Cirineo para cargar la cruz.

Finalmente llegan a la punta de la Mina del Cuixi, donde Jesús es crucificado junto con los ladrones Dimas y Gestas, para después ser bajado de la Cruz para que su madre María lo pueda limpiar y abrazar.

El tradicional Viacrucis Viviente en el Barrio El Arbolito, transcurrió con la tranquilidad y seguridad brindada por elementos de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal de Pachuca, pero sobre todo con mucha fe de parte de los feligreses y visitantes.

Colonia Cubitos 

Cubitos. Jesús cae a los pies de los soldados romanos, en la imagen se aprecia al Cirineo de pie junto a él y de espaldas la Verónica espera su turno para ingresar al cuadro escénico

En la colonia Cubitos, el programa había sido anunciado para comenzar a las 12 horas; sin embargo, fue minutos antes de las 13 horas cuando Herodes y Poncio Pilatos hicieron su llegada para ocupar los escenarios correspondientes a sus palacios. Ahí los personajes hicieron sus juicios y emitieron sus veredictos en los que Jesús, como hace más de 2 mil años, resultó culpable y condenado a morir en la cruz. 

Como si la pandemia no hubiera sucedido, los negocios de comida, entre los que destacan algunos que ofertaban carnes rojas a pesar de ser Semana Santa, no se hicieron esperar, había de alitas de pollo, quesadillas de chicharrón prensado, picadillo, costillitas, y otros, además los alimentos ofertados se extendían a antojitos y botanas como: dorilocos, papas fritas estilo papatinas, chicharrón preparado, elotes, filetes de pescado y empanadas. 

Mientras cientos de personas se aglutinaban en las canchas de Cubitos para presenciar los primeros episodios de la representación de la pasión y muerte del hijo de Dios, no faltaron las personas que aprovecharon la ocasión para mirar un poco, disfrutar de los alimentos y bebidas antes de regresar a casa; es decir, como en otras ocasiones la gente no se queda a ver todo el Viacrucis, algunos desde los techos de sus casas sólo ven el trayecto que su altura les permite, mientras otros siguen el recorrido con la intención de reflexionar sobre lo que una actriz, que interpretó a la esposa de Herodes, va diciendo en cada estación.

En Cubitos, los vendedores aprovechan al máximo, ofertan pulque, azulitos y violetas, venden bolis, paletas de hielo y helados, cocteles de fruta y hasta sombrillas para evitar la insolación, de esta forma, mientras se avanza en el Viacrucis, el mosaico de gente, sus paraguas, los enlonados de los puestos, y el colorido de las ropas del pueblo que acompañan al Nazareno da un toque de luz a la representación tan solemne y triste de la muerte del Hijo de Dios “para el perdón de los pecados”, un pasaje bíblico de gran relevancia para los católicos en el que se muere para poder vivir.  

Así vivieron el 52 aniversario del Viacrucis en Cubitos, uno de los más antiguos en la capital hidalguense. 

Barrio de Las Lajas 

La Crucifixión de Jesús, representado por Rubén Cortés

En el Barrio de Las Lajas, se cumplieron 43 años de la representación del Viacrucis, uno de los más largos y que requiere mayor esfuerzo físico en Pachuca, ya que las estaciones que lo componen se desarrollan en el camino hacia la cumbre del Cerro de El Lobo, en donde al concluir, Jesús y los ladrones Dimas y Gestas son crucificados, además, este año los asistentes pudieron ir más allá del pasaje que narra la muerte en la Cruz ya que pudieron ver al Nazareno recostado en su sepulcro. 

Si hay algo que tienen los Viacrucis es la pasión que los actores inyectan a los personajes, una pasión que dista mucho de la definición etimológica que da nombre al sufrimiento y padecimiento de Jesús en su camino a la muerte, una pasión que se traduce en sentimientos, emociones e interpretaciones de papeles que hacen que la gente olvide por un momento que se trata de una ficción en las calles y se sumerja en una reflexión religiosa en torno a lo errores cometidos y al arrepentimiento de los mismos. 

Mientras se avanza hacia la cúspide del cerro, que en esta fecha se convierte en el Monte Calvario, los vecinos del barrio convertidos en soldados romanos, no dejan de latiguear al actor principal y a sus dos acompañantes, se ve a la Verónica y al rostro de jesús impreso en la manta con la que limpia la cara del nazareno, también se presenta el episodio en el que la Virgen María se encuentra con su hijo, la ayuda del Cirineo y las tres caídas de Jesús, para concluir con las siete palabras que emite el Cristo antes de morir en la cruz. 

No faltan los niños cuyos rostros reflejan la incomprensión del suceso, los que disfrutan del espectáculo como si no vieran la violencia que se gesta alrededor del actor principal, y otros que al borde del llanto ya no quieren ver más. En tanto los padres los tranquilizan de diversas maneras, les compran algún bocadillo, los llevan a una distancia mayor de Jesucristo, e incluso no falta quien sólo los hace voltear hacia otro punto. 

Finalmente, tras llegar a la cúspide, la gente regresa a sus hogares, algunos en colectiva, otros por el mismo camino por el que avanzaron por más de dos horas siguiendo al contingente y las pausas de los actores, otros lo hacen en carros particulares, eso sí, todos con la convicción de haber presenciado una vez más el Viacrucis de Las Lajas y el papel que hicieron sus vecinos, mismos que darán de qué hablar en los próximos días. Esta representación también ha servido, según algunos testimonios, para recordar aquellos que tras la pandemia no pudieron volver a subir el cerro para presenciar el Viacrucis. 

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