Inició el segundo día de actividades del Diálogo Regional. Intercambio de buenas prácticas: Desafíos y nuevos retos para la erradicación de la violencia contra las mujeres, con la conferencia “Avance en la construcción de nuevas masculinidades”.
“¿Qué más tiene que pasar para que los hombres sean actores involucrados para acabar con la desigualdad?”, preguntó durante el evento Miguel Lorente Acosta, encargado de impartir la conferencia, quien mencionó de igual manera que los hombres quizás no sean promotores de igualdad, pero que sí formen parte de relaciones igualitarias.
Citó que el estudio de las masculinidades surgió como una reacción, a partir del avance del feminismo.
Asimismo expuso que: “La masculinidad no es cada uno de los hombres, es lo común a todos los hombres. La masculinidad no acaba en la piel ni comienza en el ADN”.
El experto español y autor, entre otros textos, de “Los nuevos hombres nuevos: los miedos de siempre en tiempos de igualdad”, disertó sobre la definición común “ser hombre es no ser mujer”, una frase que representa el retroceso de la sociedad. En la construcción de relaciones de igualdad, “ser hombre es también ser mujer”, es decir ser sensible, afectivo, entre otras capacidades ligadas por a las mujeres.
“Hemos aprendido a mirar de manera crítica y reflexiva las relaciones entre hombres y mujeres”, citó Roberto Garda Salas, integrante de Hombres por equidad, asociación civil con la misión de fomentar la construcción de relaciones sociales con equidad e igualdad de género a través del trabajo con las masculinidades y los hombres de diversas clases.
La desigualdad –dijo- se enseña a los hombres desde las instituciones (escuela, familia, etcétera). Los hombres asimilan la pedagogía de la violencia desde la infancia, desde el rechazo a las mujeres, “no aprenden las posibilidades de igualdad de las mujeres”, por ello sigue siendo frecuente el machismo, y las relaciones entre hombres caracterizadas por la competencia y la violencia.
En una relación de pareja, los hombres ejercen la violencia al exigir ciertos tipos atención y servicios por parte de la mujer como la preparación de alimentos, limpieza de ropa.
El experto destacó que distintas investigaciones arrojaron que en el abordaje de la violencia se encontraron cuatro tradiciones: psiquiátrica, psicológica, psicoeducativa y atención reeducativa.
Mencionó que mientras más se hagan enfoques y propuestas de intervención desde una epistemología crítica y reflexiva, los hombres avanzan y transforman sus relaciones.
“Se da por hecho que todos están trabajando a favor de la igualdad”, pero así mismos los hombres no se ven e incluyen en esta dinámica, mencionó Luis Botello, especialista de la Universidad Autónoma Metropolitana.
El análisis de los hombres violentos se centra en la atención de las limitaciones emocionales, problemas de salud, dejando de lado una dimensión como es establecer mecanismos de atención.
Botello refirió que “nuevas masculinidades, masculinidades emergentes” parecen conceptos nuevos, pero no lo son, porque no se había dedicado la atención y estudio sobre ellos, así como en la implicación social en la igualdad de género.
La moderadora de la conferencia Adriana Quiñones, asesora regional para la eliminación de la violencia contra las mujeres de ONU Mujeres, invitó a los hombres a sumarse a la campaña He for She, iniciativa del organismo internacional implementada con la finalidad de crear un mundo más igualitario, con las mismas oportunidades para mujeres y hombres, así finalizó dicha conferencia.