¡El cínico de cínicos lo volvió a hacer! Pancho Xavier Berganza, diputado sin color en la 65 Legislatura,  reconoció en la máxima tribuna del estado, lo que ya no podía ocultar, que no ha trabajado como se debe y que en su lugar se ha limitado a acudir de vez en cuando para levantar la mano y aprobar algo que muy probablemente negoció. 

El cantante, apagado, dijo que el trabajo que se realiza en el Congreso local está a punto de convertirse en un muladar, por el letargo en el que se encuentra paralizado todo el trabajo y para fines prácticos propuso desechar iniciativas poco relevantes para dar prioridad a las que se podrían considerar de verdadera trascendencia en Hidalgo, con esto el diputado reconoció su torpe actuar, su protagonismo, pero también que sus compañeros han perdido el tiempo subiendo iniciativas de poca relevancia para la entidad. 

Por otra parte, y ante la cercanía de la Semana Santa ahora tiene un dilema, ya que mientras se lava las manos como Poncio Pilatos diciendo: “El trabajo acumulado en las comisiones no es mi responsabilidad porque yo ni he trabajado”, no sabe si usar túnica de rey, o de Judas que traicionó a Morena regresando a ocupar una curul que nunca fue suya porque lo suyo, lo suyo, es perder elecciones; o la túnica que usa Jesús, ya que al diputado le gusta hacerse la víctima, pero esta última opción está casi descartada porque seguramente no aguantaría los latigazos que dan en los viacrucis. 

Pobre del diputado apagado, pobre su intento de regresar al escenario político, pobre ser humano que se siente rey, porque al final de cuentas no deja de verse como el perfil mediocre de la política que vive de las negociaciones que dejan la derrota, colocándose en el Gólgota del engaño, haciéndose el mártir de una historia a la cual pudo renunciar, con toda dignidad y congruencia hace tiempo, así como lo hizo de su carrera musical. 

Todavía dicen que de burla, en algunos escenarios le comentan que en lugar de preguntarse “¿Qué es la libertad?” debería responder qué es para él la dignidad. Porque con su actuar trepador de virgen y mártir ya no engaña a nadie. A este ya le gustó vivir de la política, de las negociaciones y del abuso de ocupar un puesto en el que cínicamente ya dijo: “no hemos trabajado como deberíamos trabajar”, que se aplique su cuento, porque la hipocresía, el cinismo y la traición que ejerce ya no es algo nuevo en Hidalgo. 

Atte: Yo, el peor de todos.