POR EL DERECHO A EXISTIR
Se están desarrollando las convenciones del Parlamento Juvenil, un esfuerzo institucional para dar voz en la máxima tribuna del estado a las y los jóvenes de las distintas regiones que tienen mucho por decir, desde sus experiencias de cuerpo vivido.
Para la mayoría quizá, una primera oportunidad de expresar sus anhelos y propuestas, voces firmes y otras tímidas han desfilado de manera virtual con una exposición magistral sobre las preocupaciones más sentidas para este rango de edad.
Lo que más me ha entusiasmado es escuchar la profunda dignidad de donde parte sus planteamientos, una crítica directa, profunda y sin escalas a los grandes problemas sociales, creo con firmeza que este ejercicio debería ser cotidiano, escuchar las voces de la niñez y las expresiones de las juventudes para legislar y al momento de formular políticas públicas.
Escuche a una niña que pedía igualdad en el boxeo, una voz me impactó porque pidió educación con perspectiva de género e hizo una crítica a la forma de educar con roles desde las infancias y la manera en la que se estigmatiza, hubo una propuesta maravillosa sobre los animales de compañía y en general creo que quienes hoy son diputadas y diputados deberían tomar notas para sus iniciativas con el respectivo crédito a quienes propusieron.
Uno de los temas más frecuentes fue la salud mental y hablaron sobre el silencio de las juventudes y como ésta falta de canales para expresarse con confianza les afecta e hicieron propuestas puntuales para la prevención del suicidio.
Con mucha tristeza uno de los temas centrales entre quienes participaron en la acción afirmativa indígena fue el tema de la drogadicción y cómo este fenómeno está cambiando las dinámicas comunitarias y las lógicas de confianza, adicionalmente puntualizaron que la juventud y niñez son las más afectadas.
Ante este planteamiento tan recurrente las autoridades de los tres órdenes de gobierno y de los tres poderes en la entidad deben tener la atención muy puesta, pues hay distintas líneas de análisis, entre ellas que pueden estar tan normalizados los ambientes de droga en los espacios urbanos que ya no se toma como el principal problema público de las y los jóvenes, o bien, que la inmersión de drogas se está dando en mayor proporción en los pueblos y comunidades indígenas u otras cuestiones. Mientras tanto, la polifonía juvenil ha hecho gala de la voz como herramienta para transmitir y representar. A todos los y las jóvenes que participaron, el profundo agradecimiento por pintar de cuerpo completo a la entidad con sus bellezas y desigualdades.