DE PROHIBICIONES Y OTRAS COSAS

#ENTRE EL CALLEJÓN Y EL TENDIDO
●    Se llevó a cabo el debate sobre la Fiesta Brava en la Ciudad de México, convocado por diputados de MORENA a la Asamblea Legislativa de la Capital del País

Estimados Amigos con el placer de saludarlos desde este espacio de Plaza Juárez. El pasado viernes se llevó a cabo, en el Salón Benito Juárez de la Asamblea Legislativa de la Ciudad de México, el debate sobre la permanencia de la Fiesta Brava en la Capital del país, de cara a la creación de la Constitución Política de la Ciudad de México, evento convocado por los diputados del Partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) a la Asamblea Legislativa de la Capital de la República, Citlalli Hernández Mora y Darío Carrasco Aguilar, con clara intención de encontrar la manera de abolir los festejos taurinos en la Ciudad de México.
Sin embargo, a iniciativa de la Asociación de Criadores de Toros de Lidia, secundada por la Asociación Nacional de Matadores de Toros, Rejoneadores y Similares, la Unión Mexicana de Toreros y la Unión Mexicana de Picadores y Banderilleros, durante la semana se convocó a la familia taurina a sumarse a la defensa de la Fiesta de Toros, habiendo encontrado una excelente respuesta al grado de que al interior del salón Legislativo la asistencia fue de un ochenta por ciento de profesionales, periodistas y aficionados de la Fiesta Brava y un escaso veinte por ciento de antitaurinos, al grado de que de los diputados convocantes Citlalli Hernández Mora no asistió y Darío Carrasco Aguilar si bien hizo acto de presencia, después de unos minutos se retiró.
Importante ha sido la defensa que de la Fiesta de Toros realizaron el doctor Salvador Arias, Juan Antonio de Labra y Rafael Cué periodistas, el ex novillero y apoderado Alejandro Peláez novillero y actualmente apoderado, así como la también diputada, militante de MORENA Adriana Cano, que se sumó a la defensa de la tauromaquia.
Destaca con mucho la intervención de Juan José Labra que en una congruente, decorosa, digna y decente alocución, hizo una defensa no de la Fiesta Brava, ni su trascendencia social, cultural, económica, etc., no, sino en defensa del Respeto y la Libertad que se deben los seres humanos en un Estado Democrático de Derecho, subrayando entre otras cosas que “La Fiesta es cultura porque forma parte del colectivo imaginario de este país; tiene raíces antiguas. Y a pesar de la
Independencia de España en 1821, la Fiesta Brava sigue aquí, entre la gente de muy diversa condición social, y forma parte de una idiosincrasia que está vinculada a las celebraciones de las fiestas civiles y religiosas marcadas en el calendario. En muchas de las grandes ciudades y en los pueblos más recónditos de México, la corrida de toros se vive como algo propio, de manera ceremonial y festiva…”
En un País en el que han muerto más de cien mil personas en los últimos trece años, en enfrentamientos de delincuentes y elementos de las autoridades en el llamado “combate a la delincuencia”. En un País en el que al abrir una página cualquiera de la “web” nos encontramos con videos más que explícitos de cómo ejecutan y descuartizan “seres humanos” a otros “seres humanos”, sin que a nadie parezca importarles el acceso de niños y adolescentes a esas imágenes y otras que sin recato alguno nos muestran los “telediarios” -como dicen en la Madre Patria- de Árabes cargando cadáveres de niños muertos por algún mortero (daños colaterales dicen) en guerras del hombre contra su hermano el hombre, generadas, auspiciadas y financiadas (a crédito claro) por las potencias occidentales más civilizadas del planeta cuyos ciudadanos ven con horror a la más hermosa de las Fiestas; se levantan las voces de desvelados Legisladores protagonistas que lejos de ponerse a crear leyes que garanticen un mejor ambiente para la sana convivencia de sus representados, se gastan el tiempo y los recursos de los contribuyentes en pretender abolir la Fiesta Brava, en el la Ciudad de México, cuando en muchos de los Estados de República ha sido blindada como Patrimonio Cultural Inmaterial.
Avalamos la postura de Juan Antonio de Labra, porque al fin y al cabo no es nuestra intención el tratar de convencer a quienes se manifiestan contra la Fiesta de Toros, porque carecen de la sensibilidad para comprender y entender la naturaleza de las Corridas de Toros, porque no entienden la trascendencia cultural de la tauromaquia, como arte, y su innegable influencia en las bellas artes, porque su cortedad de criterio, así como su intolerancia les impide respetar la libertad de quienes amamos a la Fiesta Brava, que nos ha sido heredada con sus distintas formas y expresiones de costumbres, prácticas, maneras de ser, rituales, tipos de vestimenta y normas de comportamiento, propios de nuestro mestizaje.
Por ello nos sumamos a la defensa de Juan Antonio de Labra, para defender a la Fiesta Brava tenemos que defender el Respeto y la Libertad que como seres humanos nos deben todos aquellos que piensan en forma diferente a la nuestra.
Por ahí nos vemos ENTRE EL CALLEJÓN Y EL TENDIDO si Dios lo permite.

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