UN INFIERNO BONITO

EN EL PERSONAJE DE HOY

“EL CHUTARO”

Era domingo como a las 8 de la mañana, en un callejón de Manuel Doblado, en una de las vecindades del barrio de La Palma, se escuchaba un verdadero desmadre, los escuincles, jugando, corriendo, gritando, los pinches perros ladrando, y para acabarla de chingar,  a unos metros en una vivienda, Nacho, “El Chutaro”  escuchaba el radio a todo volumen, era la casa que estaba a un lado de un vecino, que le gustaba oír en la radio La Hora de Vicente Fernández. Nacho, se movía de un lado a otro, de la cama, con una almohada se tapaba la cara, como estaba bien crudo sus nervios le iban a estallar, se enderezo y le grito a su vieja.
–    Por favor, Inés, calla esos malditos escuincles, y dile al pendejo del vecino que le baje a su radio, parece que esta en el monte.
–     Ya viejo, por favor no le busques ruido al chicharrón, conoces el genio de ese pinche viejo, broncudo. Mejor lávate la cara y péinate, vamos a misa, para que se te salga el diablo, anoche llegaste, echando madres, me daba ganas de lavarte el hocico con creolina, iba a llamar a tu madre, para que te diera unas cachetadas, me desconociste, me aventaste de madrazos, que si no me agacho me pasa lo que al perico. para que te calmaras te tuve que dar un palo en la cabezota. No se que les da de tomar el pinche cantinero que los vuelve locos, ten cuidado porque luego quedan pendejos.
–    Cállate el hocico, por favor ya no me estés chingando, siento que me da todo vueltas, tengo ganas de cantar la Guacara, ahora si me dio en todita la madre la cruda, lo que debías de hacer, en lugar de estar chupando la nata, es ir por una cerveza, le dices al cantinero que me prepare una piedra, para que me componga, me cay, que me siento morir.
–    Con una piedra es con la que te voy a dar en la madre, ayer que me correteaste, con un cuchillo, lo tirabas a lo loco, que pasaban rasurándome las nalgas. Me tropecé, me fui de cuernos y me hice un chipote, te perdone porque venias bien tapado, apenas te podías sostener, hable y hable como pinché cotorro, no te entendía nada y mejor me fui a dormir con los muchachos, dame para la cerveza.
Nacho “El Chutaro” metió la mano a la bolsa del pantalón y luego busco en las demás y no encontró ni un centavo.
–    ¡Ah cabrona! Hasta ratona, me resultaste, me pasaste a la báscula y me diste en la madre con mi lana.
–    No seas mamón, pinche viejo tacaño, tan bueno que fueras para dejarte robar, si no eres tan pendejo, cada que vienes borracho te duermes, como soldado, con las manos en las bolsas y no las sacas hasta que amanece.
–    No exageres, vieja, últimamente estas agarrando las mañas de tu madre.
–    Verdad de Dios, que no, ya te lo dije cabrón, parece que estoy durmiendo con un pinché soldado, en posición de firmes, y me sales con la mamada de que te falta dinero.
–    Bueno ya no me la hagas de pedo, y dame de almorzar  dile a don Trini, que apague su pinche radio, parece que esta sordo el cabrón, yo me siento muy mal, me pesan las patas, y siento como si me cortaran la cabeza con un cerrote sin filo. Estas palabras repíteselas al pinche viejo.
–    Le voy a decir tal como me lo dijiste, pero sabes que el viejo, desde que lo dejo su señora, pone esas canciones de Chente, que le llegan hasta el corazón, hay que respetar su dolor. Además, también es como tú, muy grosero, parece que se criaron en la bragueta de un  soldado. Le tengo miedo porque es un desgraciado, y me vaya a faltar al respeto, la otra vez le dijo Juanita, que apagara su radio porque su chamaquito estaba estirando la pata, y en lugar de hacerlo le subió todo el volumen, le mentó la madre y le grito que estaba en su casa.
–    Tú no temas a nada, vieja, solo Judas temió. Si se te pone pendejo, dile que en estos momentos estoy como agua para pelar pollos, y si no quiere, tendré que salir y aventar madrazos a lo loco y quebrarle su radio en la mera cholla, para que se enseñe a respetar el dolor ajeno, yo respeto el de el, pero que se vaya a poner su radio en la casa de su madre. Pero ve por lo que te ordene, no te tardes con mi Chela, que me estoy quemando por dentro, y si me muero de la cruda, te juro que me le escapo al diablo y vengo por ti, para llevarte jalando de las pinches patas.
La señora, agarro la botella de la caguama y salió rápido a comprársela, porque vio a su viejo que sudaba y hacia bizcos. Paso por la casa del vecino, que tocaba el radio, no se atrevió a decirle nada porque se la fuera a mentar, como los swit de la luz, estaban a la entrada de la vecindad lo bajo, y se echo a correr, fue a la cantina y le dijo a don Ramón.
–    Déme una Caguama bien fría, porque mi viejo, esta a punto de estirar la pata, y dígame un remedio para que se componga de una cruda, a mi me da miedo de que mi viejo, se muera, como lo veo, a lo mejor no amanece mañana, y quien va a mantener a sus 10 hijos, y todos están chicos.
–    Dígame ¿Qué le pasa a don Nachito? Anoche que salió de aquí estaba muy contento, salió cantando una canción de amor, que pensé que usted, como estamos en navidad, iba a pasar una noche buena.
–    Eso viera sido buena, pero esta muy mal, tiembla como perro, arquea como si se le atoró un hueso en el gañote, anda como león enjaulado de un lado a otro, camina con los brazos abajo, como si le pesaran las nalgas. Tiene los ojos rojos como de cuyo, y siente que le revientan las orejas, le prepare un chilito y lo vomito.
–    Su caso esta duro, pero es muy necio, el cabrón, cuando toma parece piloto de carreras, no hay quien lo pare, anoche. echo una apuesta con el Canelo, a que se tomaba una botella de tequila sin limón, ni sal, parecía charro, se la aventó sin despegar la botella del hocico, cuando se la acabo, las patas se le doblaron y dio el madrazo en el suelo, no se pudo parar,  lo dejamos dormir en el suelo por mucho tiempo trataba de decir algo, pero no le entendimos por las dudas le contestaban botellita de vinagre.
–    Perdóneme don Ramón, yo pensaba que usted era el culpable, y hasta le mente la madre, porque luego cuando ya están borrachos, sus clientes, les vende cubas con alcohol del 99,  no es la primera vez que esta así, la semana pasada llego loco, llame a su mamá para que lo controlara, porque aventaba madrazos, como si le dieran cuerda. y por un pelito le apachurra el gañote a su jefa, que la confundió conmigo.
–    Le voy a dar un remedio,  a ver si de chiripada se compone, si no llévelo al Hospital General, para que le limpien la sangre con suero, a ver si lo quieren recibir, para que lo traten bien les dice que va         a pagarles la consulta en dólares. Ponga mucha atención en la receta que le voy a dar, no se vaya a pendejar, porque una pequeña equivocación se lo puede echar al plato.
–    Venga, suéltela, esta hablando con una mujer inteligente, y no con la suya.
–     Le va a preparar una bebida que es la mejor que la llamada salvavidas. Se llama Piedra. En un vaso jaibolero, le echa dos caballitos de tequila, le pone Vermut Verneti, le echa un chingo de hielo, le mueve bien y que se la tome de madrazo. Y vera como con eso va a quedar very Fain.
–    Muchas gracias, don Ramón, cada quien sabe el remedio para el veneno.
–    Se la voy a preparar mejor yo, no vaya ser el pingo, y se lo lleven al panteón.
Doña Chencha le compro la cuba preparada, caminaba con cuidado para que no se le cayera ni una gota, a la entrada de la vecindad vio a don Trini, que parecía que estaba pariendo cuates,  arreglando su luz, con mucha rapidez la señora, al verlo que estaba descuidado, le descompuso su radio, y se metió a su casa. Encontró muy mal a su viejo borracho, con medio cuerpo en la cama,  haciendo ojitos de borrego, echaba espuma por la boca, lo movió para acomodarlo y le dijo.
–    Órale viejo, con esto te vas a poner al tiro. Me dijo el pinche cantinero, que esta bebida levanta a un muerto.
La dejo con la mano estirada, ya no le respondió. Le hablo varias veces
Como no le hizo caso, corrió a la casa de su suegra la señora  Concha, que vivía a unas cuantas calles.
–    Suegra, suegra, venga pronto a la casa, su hijo esta a punto de irse al Valle de las Calacas.
–    ¿Qué le paso?
–    Como siempre, llego hasta la madre, dice el cantinero que se tomo una botella de tequila, de a litro el solito, y apesta a pura marranilla le sale el tufo por todos lados.
–    Vamos a verlo ojala y se componga.
La señora llego a su casa, acompañada de su suegra y encontraron al  “Chutaro” hablando solo.
–    Vieja, llego la hora de entregar el equipo, me estoy muriendo, ya me cargo la chingada, ya veo a la muerte que esta junto de ti.
–    No mames, es tu jefa, que viene a ver en que te puede ayudar. Ten tomate esto, siquiera que te vayas pedo, y no le tengas miedo a los diablos.
Nacho, se lo tomo de un jalón y quedo quieto, se fue para el otro mundo se murió de una cruda,  pero contento, porque soltó una sonrisa.
gatoseco98@yahoo.com.mx
 

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