SE MUERE UNA MUJER
En la soledad de una humilde vivienda llegó la pelona y se llevó a una mujer indigente. La encontraron días después muerta en la avenida principal, entre los callejones Buena Vista y Porfirio Díaz, en la marginada colonia La Raza, en la capital del Estado; que tiene la maravilla del Tuzobús, colonias privadas como San Javier, y Colosio, desniveles como los del Río de las Avenidas, Parques y jardines de lujo.
Pero a unos cuantos kilómetros existen colonias marginadas, pobreza y hambre. Cuando los encargados dan su informe gritan a los cuatro vientos que el hambre ya se acabó, pero no dicen que ya se murieron los que la sufrían.
El viernes, como a las 9 de la mañana, fue descubierta Mercedes Licona Pérez, de 39 años de edad, desde varios años sufría vida de perro callejero, no tenía quien le diera la mano. Andaba de indigente, sus demás vecinos son iguanas ranas.
La encontraron boca abajo entre ropa sucia, un sillón viejo, y un colchón de esponja, dentro de una vivienda improvisada de block con techo de lámina de 3 metros de ancho por 3 de largo, igual a las casas que está haciendo Infonavit.
Los paramédicos del cuerpo de Bomberos, procedieron a tomarle los signos vitales, diciendo que ya había estirado la pata; a un lado se encontraba una joven llorando que dijo que se llamaba Mercedes Licona, de 21 años de edad, quien dijo que la que se murió era su jefa.
Les contó entre lágrimas que su mamá sufría Epilepsia, pero nunca la recibieron en el Hospital General, le dijeron los médicos que esa enfermedad era incurable. De momento se puso enferma, pidió ayuda a la Cruz Roja, le dijeron que en un momento estarían ahí, pero nunca llegaron.
También uno de los vecinos le dio chance de hacer una llamada en su celular al 066, pero no le contestaron, y ahí se quedó con ella hasta que dio su último suspiro. Por la mañana un vecino fue personalmente a traer a los bomberos, porque siempre pasa lo mismo, como viven hasta el cerro no van.
Algunos vecinos comenzaron a hacer la grilla, diciendo que como son pobres los dejan a su suerte, fue cuando llegaron muy activos los uniformados y llamaron al Ministerio Público, que anotó en su carpeta lo ocurrido, y mandó el cuerpo con el médico legista y se bajaron hechos la mocha, antes de que los bajaran a pedradas, sólo recibieron algunas mentadas.
Esas colonias están hasta donde las Águilas se atreven, hay caños a cielo abierto, y la pobreza se nota a leguas; perros callejeros que apenas pueden caminar de lo flaco. Dijo una viejita que por esos lugares no pasó Dios, mucho menos las autoridades que dan leche, que no importa que les den frijoles con gorgojos, ellos los recibirán con los brazos abiertos. Pero no sólo esa colonia no recibe ayuda, sino también la Felipe Ángeles, y vamos con los barrios altos como en la calle de observatorio, que se han caído las altas bardas, las vecindades.
Por otro lado, deberían de arreglar el centro histórico, que le han quitado su historia, en sus calles cochinas vendedores ambulantes, y los del mercado que prometieron arreglarlo en 15 días, y mientras, pusieron sus puestos en el Jardín Constitución, pero ya llevan meses y no los quitan, esto parece un pueblo cochino en lugar de un pueblo mágico.
Donde se están cayendo las bardas como en el barrio de La Palma, es en El Arbolito, Calzada Veracruz, Abasolo, y en otras partes. Ya que Turismo no tiene nada qué mostrar, debería de hacer volantes diciendo que no se arreglan porque es la parte histórica de Pachuca, donde cayeron bombas de la Segunda Guerra Mundial.
ASALTAN UN AUTOBÚS
Dicen que eran dos hombres con pistola, y se llevaron al baile a los pasajeros de un autobús de la ruta Atotonilco – Omitlán.
Se han escuchado y cambiado opiniones, que una sola policía no sirve, si con muchas no pueden con los ladrones menos con una. Alrededor de más de 30 pasajeros de un autobús Futura dijeron que sufrieron una pesadilla, que estuvieron en el fondo del infierno y le vieron la cola al diablo.
Se les pararon los pelos, y a algunos les ganó en los calzones, al ver a unos ladrones apuntandoles, les quitaron sus pertenencias, a algunos les dio una crisis nerviosa, otros se hicieron los muertitos que revivieron a cachetadas.
La unidad de la empresa Estrella Blanca, comentaron los encargados, salió de Huejutla rumbo a Pachuca, pero en el tramo de Atotonilco el Grande y Omitlán sucedió el violento robo.
Dos sujetos se hicieron pasar por pasajeros, de momento se pararon de sus asientos con sus pistolas en la mano apuntando para todos lados, uno se dirigió al chofer y le dijo que se las llevara chicas, que manejara tranquilo. Le puso la pistola en la nuca.
Mientras su cómplice parecía pulpo, quitándoles los celulares, relojes, carteras, y todos sus objetos de valor, algunos opusieron resistencia pero les dio un golpe con la pistola para que se estuvieran quietos, que era un robo en serio.
Las señoras lloraron, les suplicaron a los ladrones que no les quitaran el único patrimonio que tenían, la respuesta fue: “Cállese el hocico o la mato”. A la salida de Atotonilco el Grande a la altura de Guerrero, un poblado de Omitlán, los maleantes ya habían terminado de pelar a los pasajeros y muy tranquilos se bajaron del autobús.
La gente comenzó a gritar como loca, tenían crisis nerviosas, mucho miedo, mientras que a otros poco a poco se les iba pasando la pesadilla. Una mujer que se puso abusada, se metió su celular en los calzones y luego que bajaron habló al número de emergencia 066.
Reportó el asalto y les dijo que no la fueran hacer de pez, que llegaran lo más pronto posible. Después de la batalla un chorro de valientes, llegaron varias corporaciones de policía, haciendo sus famosos operativos de búsqueda y localización en el tramo de Atotonilco a la capital.
Cerca de casas Quemadas, en Real del Monte, detectaron un autobús y se subieron los gendarmes, comenzaron a buscar mirando a uno por uno a los pasajeros, pero todos estaban espantados, pensaron que los uniformados los iban asaltar.
Para hacer la mosca chillar, llamaron a los de la Cruz Roja, Protección Civil y los bomberos, quienes auxiliaron al pasajero que golpearon, y les preguntaron que cómo eran los asaltantes, les dijeron que eran unos hombres maduros, con cara de chango.
Y así los policías, los pasajeros, el chofer, los encargados de la empresa y algunos mirones, que metieron la cuchara para dar opiniones, estuvieron alegando hasta que anocheció, les dijeron que los empresarios de los camiones, el chofer y algunos agraviados, ya habían ido a interponer la demanda ante el Ministerio Público, y que habían visto que el agente anotó en su carpeta única de investigación.
Pero luego que se hizo más noche supieron los pasajeros que no habían puesto tal denuncia en la Procuraduría. Todo dijeron que si la empresa Futura es de primera clase, debería de tomar cartas en el asunto y que ellos eran los indicados de avisar a las autoridades, para que hagan las investigaciones correspondientes.
MUERE POR MALA ATENCIÓN
Un bebé fue la víctima; el padre está que se lo carga la grosería y pide a la policía que se pongan a investigar.
Un padre de familia grita a los cuatro vientos que quiere justicia para que se castigue, o de jodido cambien, a todo el personal en general del hospital Otomí- Tepehua, en el municipio de San Bartolo Tutotepec, porque dejaron morir a su chavito.
José Dolores entregó los documentos a los de Derechos humanos, en donde viene el vía crucis que padeció, y que con el coraje a ver si no se le revienta el mofle. Dijo que el 7 de febrero de este año, a las 8 de la mañana, fue citada su señora María Clara, en el área de urgencias para practicarle una cesárea, pero por falta de anestesiólogo se la hicieron de Pez, hasta el día siguiente.
Nació el niño, que fue recibido por el pediatra Gustavo Anastasio, le informó a la mamá que el bebé había ingerido líquido verde, pero que no tenía problemas, que lo acostara de ladito y le diera palmaditas en la espalda y que pusiera su cabeza en alto para que no se le fuera a ahogar.
Una semana después, a la una de la tarde, ingresaron al recién nacido a fin que recibiera atención inmediata, pero se sabe que la trabajadora social, llamada Sandra, no le tomó importancia, le contestó que sería después porque había pacientes que más lo necesitaban.
Como a la hora fue recibido por la doctora María de Lourdes, quien llamó urgentemente al médico pediatra Gustavo, quien al revisarlo le sugirió que se lo llevaran hechos la mocha al Hospital del Niño D.I.F. de Pachuca ya que presentaba cuadro hepático, pero otro pediatra dijo que lo atendería ahí mismo.
Al paso de las horas, la doctora lo revisó otra vez y llamó a las enfermeras, les preguntó por qué el bebé no estaba en las cunas térmicas, pues el niño presentaba hipotermia, le dijeron que el médico no les había dado órdenes, de inmediato lo pusieron en una cuna térmica.
Transcurrió el tiempo, cada minuto fue de angustia para los padres y por el estado crítico del menor el pediatra no hizo nada para trasladarlo, y la trabajadora social les dijo que en ningún hospital lo recibirían.
La mencionada trabajadora social entregó el turno a su compañera Martha, que mostró una actitud prepotente como si fuera muy madres. Los padres le preguntaron que qué pasaba con el bebé, que si lo iban a trasladar, pero ni los peló.
Como a las 5 de la tarde, la familia se movilizó por sus propios medios para buscar un lugar en el Hospital del Niño D.I.F., pero les habían dicho que tenían casa llena. Cuando lo habían logrado, el pediatra no quiso que se trasladara, con el pretexto de que la ambulancia no contaba con un ventilador, en pocas palabras que no contaban con una ambulancia equipada.
También reportaron al personal de Rayos X, el encargado tardó en sacar una placa urgente porque estaba platicando con alguien en su celular. Fue hasta las 10 de la noche cuando en el Hospital Otomí- Tepehua aceptaron que se llevaran al niño, pero le advirtieron que iba muy delicado. A media noche la trasladaron pero el papá tuvo que pagar 300 pesos para echarle gasolina a la ambulancia, y debido a que el chofer Abundio se salió antes de que terminara su turno, también tendrían que contratar un chofer que lo cubriera.
Para no hacérselas largas, el bebé llegó al Hospital del Niño D.I.F. a las 3 de la mañana del domingo, pero enseguida murió por un paro respiratorio y neumonía.
El padre pide que se castigue al personal del Hospital Regional Otomí-Tepehua, ya que la atención es muy mala; si en el Seguro Social que se les paga por medio de descuento de los trabajadores, en el ISSSTE valen madre, ahora qué se espera de los hospitales público. Dicen las mismas autoridades que estos Hospitales son lo máximo, pero es para taparle el ojo al macho.
gatoseco98@yahoo.com.mx