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Día de la Independencia

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HOMO POLITICUS

El 4 de julio se festeja el día de la Independencia de Estados Unidos y, qué decir, toda una historia imperial que sigue siendo defendida ante el estereotipo de la defensa de la Libertad y la Democracia.
 
Amargamente muchos países han sido vulnerados ante la historia de las barras y las estrellas; Japón, Vietnam, Irak, Chile, Panamá, Granada, México, en fin, una constelación cuyos desencuentros son heridas que se llevan de por vida, donde diferentes generaciones llevan el peso de las agresiones proferidas por los gobiernos del gigante del norte.
 
En este escenario, es increíble que el país que dice defender la “Libertad y Democracia”, haya intervenido política, económica y militar a tantos países que no por ser más débiles, sino menos preparados, han tenido que tragarse su orgullo y dignidad e inclusive, haber visto que su suelo patrio haya sido invadido, vejado, humillado e incluso masacrado.
 
Todos solemos admirar el espíritu de competencia de los norteamericanos, ese espíritu de inconformidad para lograrlo todo, su sentido de busca del triunfo y el éxito; pero no podemos estar de acuerdo sobre que ese espíritu de éxito y triunfo se logre en el genocidio y la violencia, eso es inaceptable y ha generado atrocidades históricas sobre pueblos que nunca le han hecho daño al pueblo y gobierno norteamericano, que nunca han ofendido al pueblo norteamericano, que jamás lo han invadido o humillado y ni siquiera insultado.
 
Por ello, cuando escuchamos el himno de los Estados Unidos que habla de “hombres libres y valientes”, debemos preguntarnos, ¿quién puede ser considerado como valiente cuando abusa de su fuerza sobre los más débiles?, la respuesta la vivimos en carne propia, quien no lo entienda vive en el limbo.
 
Felicitamos a los norteamericanos por sus festejos de Independencia, sólo pedimos que respete la independencia y soberanía de los pueblos del planeta, que entiendan que todos tenemos derecho a construir nuestro camino aun equivocándonos, que las tutelas e intromisiones son intentos fallidos porque nadie puede decirle en su casa qué hacer o cómo comportarse.