Letras y Memorias
Bitácora del viajero: Pasé dormido muchos meses, al menos eso es lo que dicen los informes de quienes estuvieron al tanto de mi persona. Supuestamente tuve un accidente a bordo del deslizador plateado, no recuerdo mucho de ese último viaje, sólo sé que desperté dentro de una cápsula y apartado de todo.
Los habitantes de Dasha XVII buscaron ponerme al tanto de todo, y es que este mundo que recién empezaba a conocer, ahora me resulta extraño, muy distinto a cuando llegué por un accidente en mi ruta de vuelo.
LA CONSCIENCIA CONTRA LA TORPEZA
A causa de una pandemia, buena parte de la población del planeta desapareció casi en un suspiro. Vamos que, algunos ni la chance de decir sus despedidas tuvieron. Quienes seguían cuidando de sus sistemas, batallaron ideológicamente contra la serie de lerdos que dudaban de la mortalidad de ese “aliento maligno” que arrebataba vidas por doquier.
Las calles fueron tomadas como campo de batalla y en una feroz contienda de ideas, triunfaron quienes demandaban vacunas y atención médica, en contra de quienes se negaban a usar ese extraño artilugio: el tapabocas.
EL MES NEGRO
Tras meses fuera de mi propia consciencia, resultó que el día 24 del mes segundo, una nación poderosa, imperialista y dominante, optó por invadir a otro país, asegurando que sus creencias de superioridad era la única válida por encima del resto. Cruentas batallas fueron libradas, cientos han perdido la vida y, ese conflicto parece que no tendrá pronta salida. Además, resultó triste que incluso los alimentos se volvieran más caros debido a las balas disparadas; este planeta pequeño quizás esté condenado a extinguirse, o al menos tal destino luce cercano si no se logra acordar una vía pacífica para hermanar a sus pueblos que, muy curioso, en antaño, ya habían apelado a esa unidad para derrocar tiranos.
UN MILAGRO
Por alguna extraña razón, el juego de pelota que en mi planeta abandonaron hace siglos debido a la corrupción y zozobra que generaba, aquí aún es muy popular. Dicen, que durante mi ausencia, un equipo casi condenado a la desaparición y la penumbra eterna, obró aquello que nadie creía posible: levantó dos trofeos que se le habían negado desde el pasado siglo. Supongo que muchas veces de eso trata el sentido de esperanza, de saber que tarde o temprano una luz brillará sobre la oscuridad que envuelve los latidos del pecho. Creo que debo felicitar a esas personas que devolvieron la fe a muchas voces calladas durante tanto tiempo.
LOS BUENOS Y LOS QUE SEGÚN NO LO SON
En Dasha XVII tuve la fortuna de ver mi nave estropeada en una nación cálida, no cálida por su temperatura sino por los pobladores. Resulta una pena que tal Estado se vea sumido en confrontaciones y pesimismo entre quienes apoyan un movimiento y quienes, privados de sus privilegios de antaño, lo refutan y rechazan. Al parecer un bando es el “bueno”, y el otro no lo es, pero, a estas alturas, ¿cómo define esta gente sus ideas de “bien” y “mal”? No terminaré esta noche de entender sus primitivos conceptos, así que me mantendré observador ante todo lo que ocurra, porque así como la supremacia de la nación enorme avanza en territorio del otro Estado, así las ideas transformistas se van alojando en el imaginario de quienes hoy están en pie acá.
Cierro este informe esperando que quienes lean mis bitácoras, sean capaces de enviar algo de auxilio, no para mí, sino para las miradas ilusionadas que buscan un mejor mañana para ellos, y sus seres amados. En mi planeta el amor sucumbió al órden y eso nos llevó a perder todo el ánimo y la fe, deseo que aquí no pase lo mismo.
¡Hasta la próxima bitácora!
Postdata: Concluyo que mi estancia acá, incluso dormido tras el accidente, puso a latir mi corazón en la izquierda del pecho, donde siempre debió latir, donde deberían latir todos los motores.
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