La reforma educativa no sabe zapoteco

●    Podrían ser despedidos miles de maestros indígenas de Oaxaca, una figura difícil de reemplazar en comunidades

Explican en entrevista: “Los alumnos –de 5 años- saben que estamos peleando contra el gobierno. Pero le explicamos que pelear no es llevar machete ni armas, sino impedir que vendan su escuela” explica Maximino bajo el árbol de aguacates de la escuela.
A los dos maestros, René y Maximino, se les ilumina la cara cada vez que descubren una nueva planta en el patio de la escuela de Xagacía, abandonada desde hace 45 días por la huelga.

“Verdolaga, huauzontle, quintonil”, dicen en voz alta mientras señala los hallazgos. Los Indígenas zapotecos, corpulentos y morenos, agitan los brazos como si fueran dos niños más.
Ninguno logra explicar con claridad los motivos de la movilización magisterial que ha puesto patas arriba el país, pero son capaces de saber si el pájaro que canta acaba de poner huevos por el tono que emite. “Quieren terminar con nuestra cultura indígena, privatizar la educación y hacer una reforma laboral encubierta”, repiten como un mantra ante la libreta del periodista.
Los profesores de primaria, René Cruz y Maximino Morales, suman casi 50 años dando clases bilingües pero la reforma educativa del Gobierno de Enrique Peña Nieto los apartará de las aulas si no realizan las evaluaciones ordenadas por el ministerio. Ellos serían los primeros en caer frente a un examen estándar a pesar de que para cientos de miles de padres indígenas, los maestros bilingües son el único puente entre ellos y sus hijos. Entre un modelo rural y zapoteco y otro urbano y en español.

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