El deseo de todos: que el camino para el verdadero cambio, sea el de la política

El deseo de todos: que el camino para el verdadero cambio, sea el de la política

RETRATOS HABLADOS

Mantener la certeza de que el camino de la política es la única posibilidad de lograr una sociedad más justa, es un principio fundamental y necesario en estos tiempos que nos ha tocado vivir, y que por momentos hacen pensar si la desilusión ante un gobierno que se creía progresista y sensible, no es la antesala para que reaparezca la violencia como alternativa ante los fracasos continuos de la vía del sufragio.

La seguridad de que el voto podría tener la facultad para corregir errores, y si estos se repitieran volver a aplicar el desprecio hacia el que se equivocara, flaquea de manera preocupante, para abrir de nueva cuenta caminos que nunca han tenido buenos resultados.

Nada más negativo en este camino de insistir hasta la saciedad que sólo a través del sufragio se puede generar un cambio, que una gestión federal como la que en la actualidad vivimos, y que muchos ya padecen, porque ya no se trata solamente de confirmar que los vicios se pueden disfrazar o cambiar de nombre, pero persistir, sino que el desengaño se transforme en la chispa que encienda la pólvora tanto tiempo guardada.

Porque, en serio, fueron tantas las expectativas del gobierno de la 4T, las ilusiones puestas en el mismo por la posibilidad de arribar a una nueva era, que a la fecha son miles y miles los que no ha caído, o no quieren caer en la cuenta de que las cosas siguen igual, a lo mejor hasta peor, y no hay para dónde dar la vuelta.

Con absoluto pesimismo algunos adelantan que lo peor está por venir, con un poder brutal de las fuerzas armadas, no solo en lo político sino en lo económico. Pero ese absoluto pesimismo pareciera que tiene toda la razón.

Recortes masivos a los gobiernos estatales, empecinamiento en volver a las empresas de estado, al negocio de estado que nunca ha funcionado, ni aquí ni en ningún país como fue la ex Unión Soviética.

¿Qué esperar de los tiempos por venir?

Tal vez que nada, o tal vez algo: que esta pesadilla termine lo más rápido, que el líder divino dé paso, de seguir su partido en el poder, a un político, hombre o mujer, con la capacidad simple y llana de escuchar y corregir el rumbo cuando sea necesario. De recuperar su calidad de simple mortal que ofrezca a la ciudadanía el bienestar en la tierra de hoy, no en las glorias eternas de quien quiere meterse a toda costa en la historia, ya no solo de México, sino de todo el Continente.

El Ché fue un caso excepcional. Los demás, apenas a unos años de que se fueron, viven en el olvido porque eso merecen. Nada que ver un Ché con un Fidel. Del primero todavía hay espacio en la memoria de muchos. Del segundo no, y si lo hay es para buscar que sea olvidado para siempre.

Ojalá y todavía haya tiempo para la política como camino a recuperar la senda.

Mil gracias, hasta el lunes.

jeperalta@plazajuarez.mx/historico/historico

@JavierEPeralta

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