El discurso de Jesús Reyes Heroles en 1972: Frecuentemente en política, la forma es fondo

El discurso de Jesús Reyes Heroles en 1972: Frecuentemente en política, la forma es fondo

RETRATOS HABLADOS

El 21 de febrero de 1972, Jesús Reyes Heroles, asumió la presidencia nacional del PRI. Por muchas razones, pero por su riqueza en conceptos, en lo que son una verdadera guía de lo que es el ejercicio de la política, le reproduzco partes medulares del discurso pronunciado por el ideólogo más importante que tuvo el tricolor en el México contemporáneo. Le sugiero que lo observe bajo los ojos del presente.

“Contamos con instituciones que en su vigencia, lejos de ser valladar para los cambios, los promueven. Defenderemos celosamente las instituciones nacionales, pues con ellas podemos cambiar cuanto sea necesario cambiar, y conservar lo que debemos conservar. Con ellas, coincidiendo en lo fundamental-la subsistencia de la nación y la convivencia pacífica de los mexicanos-, cualquier ciudadano puede, mediante el convencimiento y la persuasión, pugnar por la sociedad que desee, por el futuro a que aspire. Coincidiendo en lo fundamental, podemos discutir y hasta cuestionar todo lo demás y darle distintas opciones a quien tiene que decidir: el pueblo. Con las instituciones, todo, incluso su cambio; contra ellas, nada.

“La lucha cultural se impone, dado que sabemos que las ideologías perduran mucho tiempo después de que desaparece la realidad de que surgieron o a que dieron lugar; porque sabemos que las nuevas ideologías empiezan a regir fragmentariamente antes de su triunfo total, combatiendo las viejas y preparando las conciencias para llegar, con tenacidad y paciencia, a orientar las conductas o comportamientos. No estar conscientes de esto es caer en la vaciedad de quienes creen en los bruscos cortes, en las rupturas históricas, que la historia misma desmiente y que únicamente existen en la fantasía. Lucha cultural persistente, que debe inspirarse en un realismo imaginativo y en la tenacidad y la pasión, que ayuden a alcanzar lo que parece sueño.

“Recordemos que la teoría absoluta -y los absolutos son peligrosos- la teoría sin práctica, puede llevar a la esterilidad; pero la práctica absoluta, sin teoría, puede llevar a la barbarie. Nuestro Partido está capacitando a sus miembros. Nuestro propósito es capacitar cada vez más miembros y cada vez mejor.

“Hagamos más, mucha más política; hagamos mejor política y acabemos con la politiquería. La auténtica y verdadera expectativa del progreso democrático está dentro de nuestro Partido. Tenemos que elevar la contienda interna, ocupamos de las ideas, alzar la mira: que todos los militantes que aspiren a las candidaturas luchen ante la base, convenzan a sus compañeros de partido, obtengan adhesiones por su conducta y su modo de pensar y se olviden de las antesalas y de los corredores en las oficinas de funcionarios o dirigentes. Soluciones en la base y con ella, no arreglos desde la cúpula.

“No creo en los que dicen no tener ambiciones. La ambición legítima de hacer y de ser son móviles muy eficaces, y ojalá estemos llenos de ambiciosos que quieran ser y hacer. La ambición de parecer, de simular, es una ambición de quinta categoría. Aquellos que crean en las ideas que exponen, que digan lo que piensen y que piensen lo que digan, que sean vehementes en su exposición y sinceros hasta el reconocimiento del error, pueden llegar muy lejos en el servicio al país.

“Puerta abierta para que ingresen quienes tengan algo que aportar; puerta abierta para que se vayan los oportunistas, mal que sufre cualquier partido en el poder. Padecemos infiltración; pero ésta no es tan grande que pueda dar origen a la escisión. Distinto sería si la dejáramos aumentar. Por consiguiente, depurar puede garantizar la pujanza y la verdadera unidad revolucionaria para el presente y el futuro.

“Tan malos como los reaccionarios son aquellos que, siendo de origen revolucionario, se han petrificado en sus ideas y han perdido toda pasión por la actividad, riesgosa pero creadora, de la política.

“Respeto para quienes, pensando distinto a nosotros, a través de partidos políticos, tratan de disputar la confianza del pueblo; respeto también para aquellos que, pensando distinto a nosotros, no han querido o no han podido organizarse en partidos políticos. Rechazamos, por principio, la infalibilidad doctrinal o electoral. La urbanidad en las relaciones políticas es requisito para la convivencia pacífica. Seremos inflexibles en la defensa de las ideas, pero respetuosos en las formas, pues en política, frecuentemente, la forma es fondo.

“Vamos a hacer política. La política -“difícil pero preciosa” – abarca muchas cosas, pero si en algo hay consenso, éste consiste en que es educación, empezando por la propia y la autoeducación colectiva. Hagamos, pues, política en todas partes: en el hogar, en el ejido, en la fábrica, en las escuelas, en los municipios, en los clubes y asociaciones; política en todas partes y a todas horas”.

Mil gracias, hasta mañana.

jeperalta@plazajuarez.mx/historico/historico

@JavierEPeralta

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