
Por: Catalina Hermosillo Durán
“Mijkailjuitl o Xantolo es la celebración de la huasteca hidalguense conformada por los municipios de Huejutla, San Felipe Orizatlán, Jaltocán, Xochiatipan, Huautla, Atlapexco, Huazalingo y Yahualica, en la huasteca se comparte clima, lengua tradiciones y costumbres”, dijo a Plaza Juárez, Amílcar Torres Martínez, historiador y antropólogo, nacido en la huasteca hidalguense.
Es una celebración integradora para los habitantes de la región y para los visitantes, en ella se cree en la resurrección como herencia católica y también en divinidades prehispánicas.
Por ejemplo, el 24 de junio, día en que se inicia la milpa con la siembra de cempasúchil y de la milpa: maíz, frijol, calabaza y chile.
Y el 29 de septiembre, día de San Miguel Arcángel, durante la primera ofrenda en la que se hace la petición al Ser Superior para que vengan los muertos, también se celebra la fiesta del elote (elotlamanalistl), en esta también se agradece a la madre tierra por los alimentos, a la tierra misma le ofrecen, alimentos, agua, cerveza.
Los lugares sagrados en la creencia católica son la casa, la iglesia y el panteón, y para el Mijkailjuitl, los espacios sagrados se diversifican y pueden ser la milpa, el cerro, una cueva o el río.

El Altar de Muertos
El Altar para los muertos es un espacio sagrado, se confecciona con un arco cuadrado o semicircular o de medio punto y lleva tres espacios: el arco remite al cielo, en él se colocan tres coronas blancas que representan el día y la noche; la mesa significa la tierra y lo humano, puede tener de dos a siete niveles y depende de la economía de la familia, ahí se colocan las fotografías de los difuntos y comida para ellos, ya en el piso se colocan las velas las cuales iluminan el purgatorio lugar donde los muertos esperan ir al cielo; ayuda el rezo de rosarios, plegarias y novenarios que realizan los vivos en su favor, también es el inframundo o lugar de los muertos.
Asimismo afuera de la casa se confecciona un pequeño altar junto al camino para el ánima sola, pues muchos de los muertos ya no tienen quien les celebre, pues ya se murieron o cambiaron de religión.
En Mijkailjuitl se agradece al Dios católico y divinidades prehispánicas “se visten” de mazorcas y otros alimentos, para venerarlos en un ritual, que dura tres días.
Al igual que el Xantolo esta celebración está ligada a lo agrícola, por lo que el 18 de octubre día de San Lucas, durante la segunda ofrenda, se cosechan los primeros alimentos de la milpa. El 29 y 30 de octubre se confecciona el altar y el uno y dos de noviembre se ofrece a los difuntos alimentos nuevos de maíz, frijol, calabaza y chile. Para el 30 de noviembre Día de San Andrés se despide a los muertos y es el fin del ciclo agrícola.
Por último, afirma Amílcar Torres Martínez, que la motivación para escribir el libro “Xantolo: una fiesta ritual”, “es intentar conocer mi cultura, y actualmente cuando los aromas a flor de cempasúchil, veladoras y comida llega a mi ser, me lleva a mi infancia a la pintura fresca y limpieza de la casa, en la cual están mis familiares cercanos y lejanos y por supuesto el bienestar de compartir con mis muertos, la vida”.
