David Cameron dimitirá en octubre

 

  • El primer ministro británico afirma que no será él el “capitán” que lleve a Reino Unido a un “nuevo destino”

David Cameron, de 49 años, parecía intocable. Es el único líder europeo que repitió mandato, mejorando su porcentaje de votos, después de haber aplicado duras políticas de austeridad. Había demostrado una proverbial habilidad para salir reforzado de las crisis. Quiso pasar a la historia como el jefe de Gobierno que pilotó con éxito las finanzas y zanjó el debate europeo. Pero, paradojas del destino, ha provocado la salida de su país de la UE y se va en medio del caos económico. Parecía invencible, pero perdió.

 

David Cameron no será el “capitán” que lleve a Reino Unido a su nuevo destino fuera de la Unión Europea. Así lo anunció el primer ministro británico, que no logró convencer a los votantes para que votaran por la permanencia, poco después de conocerse el resultado definitivo. “La negociación necesita un liderazgo fuerte”, dijo, ante el mismo atril a las puertas del 10 de Downing Street donde el miércoles proclamó que “los británicos no huyen”. El incierto camino que ahora emprende el país, añadió, “tendrá que ser con un nuevo primer ministro”.

El jefe del Gobierno, de quien partió la decisión de convocar la consulta sobre la permanencia de su país en la Unión, anunció que dimitirá en octubre, cuando está previsto que se celebre el congreso de su partido. Había sugerido durante la campaña que su intención era seguir en su puesto pasara lo que pasara. Pero pocos dudaban que, si perdía, se ahorraría el sinsentido de dirigir al país hacia un destino contra el que lleva meses alertando.

Durante la madrugada de ayer, mientras los votos eran recontados, se confirmó la existencia de una carta de apoyo a Cameron, firmada por 84 diputados conservadores, entre los que se encontraban los propios Boris Johnson y Michael Gove, los dos viejos amigos que se han enfrentado con él en esta lucha fratricida y le han vencido. La decisión “muy clara” que tomaron los británicos en las urnas provocó una rápida reacción del perdedor, que despojo de sentido a esa “operación salvar a Cameron”.

Del legado de sus seis años como primer ministro, cinco al frente de un Gobierno de coalición y uno arropado por una mayoría absoluta, Cameron ha destacado la innegable fortaleza económica de un país que recogió maltrecho por la crisis económica y que ahora, hasta el día día de la votación, crecía con vigor.

 

Antes de las elecciones generales de mayo de 2015, Cameron anunció que no se presentaría a la reelección en 2020. Aquel anuncio convirtió la campaña del referéndum en una apenas disimulada lucha por su sucesión. Él mismo, en el Congreso del partido en otoño pasado, nombró a las tres personas que habrían de luchar por su sillón: su fiel escudero y canciller del Exchequer (ministro de Finanzas), George Osborne; la férrea ministra del Interior, Theresa May, y el heterodoxo exalcalde de Londres Boris Johnson.

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