El Observador

 

Los 123 mil millonarios mexicanos

 

 

No debería sorprender la creciente inconformidad ciudadana que se ha asociado con la rampante corrupción entre la clase política y en las esferas del ámbito público.

Pero la corrupción es solo un ingrediente de esta inconformidad. Cuando nos acercamos a los datos sobre los ingresos de la población y la desigualdad persistente en el país, encontramos un motivo, quizá más poderoso aún, para el enojo ciudadano.

Y no es para menos. Se habla de “Mover a México” como el slogan de un progreso prometido, sin embargo los datos duros dicen que México sigue estancado como uno de los países más desiguales del mundo.

Ya Gerardo Esquivel publicó el año pasado un estudio demoledor sobre el asunto en el que el investigador del Colegio de México muestra que la desigualdad en el país prácticamente no se ha modificado –e incluso ha empeorado- en las últimas tres décadas, desde los años ochenta.

De hecho, según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, México ocupó el lugar 105 de un total de 137 países por su nivel de desigualdad, incluso con una mayor desigualdad que países africanos con un menor nivel de desarrollo económico que el nuestro.

La desigualdad entre la población más rica y la más pobre ha persistido con una política fiscal que favorece a los más ricos y una política social ineficiente e ineficaz para que más de 50 millones de mexicanos superen el umbral de la pobreza en el que siguen viviendo. Se crean más empleos, sí, pero con salarios indignos y en condiciones precarias; por lo que tener empleo en México no garantiza dejar de ser pobre. Una situación muy grave que amplía la brecha entre quienes más poseen y los que apenas si generan ingresos para su subsistencia. Se calcula que el 1% de la población posee más de un quinta parte de la riqueza nacional. Esta semana se publicó el Reporte Mundial de la Riqueza 2016 que desde hace 20 años elabora anualmente la firma de consultoría Capgemini y que sirve para que los bancos de inversión identifiquen y capten a los clientes más acaudalados en cada país. Pues bien. En México –según este reporte- existen 123 mil millonarios, una cifra que prácticamente no ha variado en los últimos años, aunque sí lo ha hecho el promedio de su riqueza. En 2014 eran 125 mil los millonarios, y en 2013 fueron 121 mil aquellos mexicanos que poseían al menos un millón de dólares de patrimonio en activos susceptibles de inversión, sin contar sus bienes inmuebles, colecciones o bienes de consumo duradero. En otras palabras, solo el 0.1% de la población mexicana es millonaria, una proporción 13 veces menor que en Estados Unidos o cuatro veces menor que en España. Y un reporte similar al anterior -The Whealth Report 2016- agrega que de este pequeñísimo grupo de millonarios conformado por el 0.1% de la población, tan solo 279 ricos mexicanos poseen más de 100 millones de dólares de fortuna, y solo 18 poderosos tienen más de mil millones de dólares en sus arcas. La riqueza de los millonarios sigue creciendo a pasos mayores que la creación de la riqueza anual del país, mientras que la tasa de pobreza se mantiene intacta. Y es que la mayor concentración de riqueza –la desigualdad en su estado puro- es también mayor concentración del poder económico y político, es exclusión para los más, es rompimiento social, destrucción de la meritocracia, abandono de la juventud. En fin, es la ausencia del Estado.

Las hondas raíces de la inconformidad social, se encuentran allí. No es cuestión de estado de ánimo, ni del mal humor social. Tampoco de los agrios y majaderos tuiteros. La creciente y honda desigualdad económica es resultado del abuso en el ejercicio del poder político en alianza con los ‘amigos’ del poder económico y de instituciones que no funcionan para lo que se crearon.

Por eso un verdadero sistema anticorrupción, independiente y ciudadano, también adquiere sentido desde la perspectiva económica, generando confianza a la inversión y, particularmente, abonando a una meritocracia perdida y a la igualdad de oportunidades; punto de partida para detener la creciente desigualdad.

Twitter:@SamuelGarciaCOM

E-mail:samuel@arenapublica.com

 

Related posts