Crimen en Santa María; no puede quedar impune

Crimen en Santa María; no puede quedar impune

RETRATOS HABLADOS

El homicidio de un agente de la Policía Ministerial en la comunidad de Santa María Asunción, municipio de Tulancingo, registrado el pasado fin de semana cuando el hoy difunto, junto con un acompañante fueron golpeados salvajemente por habitantes de la localidad al intentar entregar un citatorio judicial, debe llevar a una investigación intensa para dar con él o los responsables, porque se trata de uno más de este tipo de acciones de brutalidad en que a toda costa los culpables buscan que se tome como una acción del “pueblo cansado” de tantos abusos.

Porque ni el pueblo manda, ni tampoco es el que juzga, condena y ejecuta el castigo. Como en todos los casos que se le invoca para justificar barbaridades, son delincuentes con identidad, con un largo historial delictivo, los que manejan a su antojo a la multitud, y la llevan a este tipo de eventos lamentables y por supuesto condenables.

Porque resulta que la noche del pasado 23 de octubre, el agente Sergio Saavedra Torres, junto con un compañero acudió a Santa María Asunción, Tulancingo, para hacer entrega de un citatorio a un habitante del lugar, ante lo que un grupo de personas los agredió con palos, tubos y piedras. 

El compañero de Saavedra Torres pudo escapar, no así quien falleció horas después en un hospital del ISSSTE, producto de la salvaje golpiza recibida. 

La pregunta lógica es por qué la acción tan desmedida de los pobladores de la comunidad citada, que ya es famosa de manera lamentable por sumar once linchamientos desde el 2012, y por lo que se ve, la impunidad con que siempre se han conducido, amén de que los primeros datos arrojan actividades delincuenciales relacionadas con el huachicol.

¿De qué se trata? Simple y llanamente de un homicidio con todas las agravantes de la ley, y que el encargado del despacho de la Procuraduría General de Justicia de Hidalgo, Santiago Nieto Castillo, tiene la responsabilidad de dar con los culpables y de una vez por todas echar por tierra el argumento de que “fue el pueblo”, y por lo tanto, nadie.

La viuda del agente Saavedra Torres, sus hijas y sus padres, exigen se investigue hasta sus últimas consecuencias este nuevo linchamiento que derivó en una muerte terrible para un servidor público. Cualquiera que sea el origen de la impunidad de que han hecho gala los criminales que se escudan en la vieja historia del “pueblo que se hace justicia por mano propia”, para cometer sus fechorías, es preciso que se ventile públicamente.

Bajo ninguna circunstancia puede justificarse este crimen deleznable, y en esta historia de complicidades, lo mismo son culpables las manos que golpearon hasta matar al elemento policiaco, como los que se sumaron a la turba linchadora, en esa historia patética de nuestro país, donde la “masa”, “el pueblo”, lo mismo sirve para coronar a un enfermo de poder, que ajusticiarse a quien le estorbe en sus muy particulares acciones delictivas.

Nada justifica este salvajismo desbocado.

Tampoco que con once linchamientos desde 2012 en la misma comunidad, a la fecha no se sepa el por qué de esta patente de criminales, siempre bajo el argumento de que “fue el pueblo, y como el pueblo somos todos, entonces no hay culpable”.

Claro que hay culpables. Claro que hay criminales que se saben arquetipos de la impunidad, la que será confirmada si nada se hace en contra de ellos.

Mil gracias, hasta mañana.

jeperalta@plazajuarez.mx/historico/historico

@JavierEPeralta

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