Home Nuestra Palabra Lo cotidiano es algo extraordinario

Lo cotidiano es algo extraordinario

0
Lo cotidiano es algo extraordinario

Letras y Memorias

Hace algunos años, cuando las ojeras estaban menos marcadas y la lumbalgia no existía en el cuerpo de quien les escribe, dos amigos y yo, creamos un espacio llamado “Ruta 90”. El objetivo del programa transmitido los miércoles al mediodía a través de la señal de Bulbo Radio Experimental, era juntarnos para, como decía nuestro slogan: “hacer de lo cotidiano algo extraordinario”.

Fue entonces que hablar de tatuajes, el transporte público, los corazones rotos o la mexicanidad, tuvo otro sentido para nosotros, mentes emocionadas con crear algo que quizá no era nuevo, pero que salía de nuestros corazones, de la peculiar visión de un grupo de muchachos que compartían la carrera en Ciencias de la Comunicación y también sueños de llegar alto.

Actualmente, Ruta 90 se mantiene en Facebook como una página inactiva desde el 2019, pero lo que sigue latiendo es ese sentido que siempre buscamos darle a nuestro proyecto. Rey y Pablo, los camaradas con quienes compartí ese espacio, no sólo brindaron mucho de sí en la construcción de lo técnico o la propuesta de temas, sino que aportaron algo que no me había quedado claro hasta que el micrófono se abrió: sí resulta maravilloso apreciar lo que ante los ojos de otros, es cotidiano y hasta minúsculo.

Verán. Vamos por la vida buscando lo sobrenatural o ficticio como la única prueba de que el término “extraordinario” puede aplicarse a tal o cual cosa pero, pocas veces (si no es que casi nunca) nos detenemos a pensar que, justo ahora, hoy mientras escribo esto o leen aquello, el planeta viaja a miles de kilómetros por hora en torno a una estrella que pese a su tamaño, es apenas un grano de arena en la inmensidad del Universo conocido. ¿No sería entonces prudente, apreciar que la cotidiana rutina enmarcada por este viaje cósmico, es algo extraordinario?  

Porque, ¿qué nos garantiza que dentro de los siguiente minutos todo prevalezca como lo conocemos ahora? Exacto…

Con mi camaradería aprendí que patear un balón viejo y sabernos campeones, iba más allá de cualquier cosa. Aprendí que el término “milagro” no se relaciona con lo sobrenatural, sino con la capacidad de sorprendernos con los días fríos, el vuelo de un colibrí, el aire abarrotando los pulmones o los pies andando rumbo a la oficina.

Muchas veces vivimos esta vida esperando que alguna araña radioactiva nos pique para sentirnos extraordinarios y, olvidamos que dentro de lo cotidiano, cada uno de nosotros es -a su manera- un ser extraordinario. Me niego entonces a creer otra cosa.

Me niego a creer que sumido en la monotonía de leer notas y revisar agencias informativas, estaré lejos de cosas fabulosas y hasta inimaginables; me niego a ceder ante el hecho de que la existencia nos arrastra sólo por ser más vasta que el suspiro que dura una vida humana. 

Y sí, puede que algo de esto o aquello, ya lo hayan leído antes, pero entonces, no echemos en saco roto la posibilidad de vernos sorprendidos por lo cotidiano, por un abrazo de nuestros seres amados, un disgusto o una pequeña espera en el tráfico, de verdad que eso que luce tan cotidiano, guarda la magia de todo lo extraordinario que lleva años ahí, misma magia que a veces buscamos y no encontramos. 

Voy pues, a perderme sentado viendo autos ir venir. Me voy a sentar en esa banca del jardín que muchas veces me puso nostálgico y otras más, feliz, porque al final del día, cada uno aprecia lo cotidiano de diferente manera, y hoy yo he elegido hacerlo de forma extraordinaria.

¡Hasta el próximo jueves!

Postdata: Pasa el tiempo, y sin quererlo, ya nos toca regresar… Hasta pronto, Rey y Pablo.

Mi Twitter: @CamaradaEslava

Mi correo electrónico: osmareslava@plazajuarez.mx/historico/historico