RELATOS DE VIDA

No quería levantarse, pese a que ya había amanecido el ambiente nublado no dejaba penetrar ni un pequeño halo de luz por la ventana, lo que daba mayor fuerza a quedarse acostada en la cama.

Se rehusaba a levantarse, ni siquiera el hambre era un suficiente motivo para hacerlo, la única razón suficiente fue el intenso frío que permitió que buscara un par de cobijas para echárselas encima, no sin antes tomar el control para prender la televisión y buscar una película o serie para hibernar en casa.

Poco a poco las razones fueron aumentando, el antojo de algo calientito y algo más dulce, la aventaron del colchón en su búsqueda, claro, perfectamente tapada con una frazada sobre la espalda.

Regresó a su habitación con los víveres suficientes para no volver a salir de ella, al menos eso creía hasta que terminó de ver por enésima vez su película favorita y reconoció que no había sido buena idea, pues el romance con un ambiente gélido, y estando soltera solo removieron recuerdos.

Llegó a su mente aquella primera vez en que acampó en el bosque, cuando fue a tomar café y comer pan en un pueblito serrano, y cuando voló en globo aerostático, lugares en los cuáles el clima frío era la constante, y perfecto para una cita de enamorados.

Los recuerdos le llenaron la cabeza y su cuerpo y corazón se comenzaron a sentir afligidos, nostálgicos, temerosos, nerviosos, y fue ese cúmulo de emociones que la aventaron de la cama, luego de un “vamos a la chin….hay mucha limpieza que hacer en la casa”.