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STC-Metro, el aumento que viene

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Submarino Político    
El antecedente del aumento del pasaje de $3 a $5 pesos en diciembre de 2013 con la promesa de retirar el comercio informal dentro de las instalaciones y los vagones

Se nota que ya pasaron las elecciones, esa temporada de buenos deseos por un lado y ataques de lodo por el otro. Ahora el director del Metro de la CDMX, Jorge Gaviño, se nota agobiado por la incapacidad de garantizar un servicio de calidad a los usuarios y dice que el STC no puede atender a un número “infinito” (sic) de personas. Y que el costo real de cada pasaje es de $13 pesos. La queja del director del Metro es incongruente con la política del gobierno del DF que ofrece el servicio gratuito en las rutas del RTP, Tren Ligero y Trolebús debido a la contingencia ambiental.
El antecedente del aumento del pasaje de $3 a $5 pesos en diciembre de 2013 con la promesa de retirar el comercio informal dentro de las instalaciones y los vagones. Sin embargo, los ambulantes han vuelto a la vendimia, a pesar de la vigilancia de 1,200 elementos de la policía Bancaria e Industrial.
También se ofreció comprar 45 trenes para la línea 1, que sería renovada integralmente. Y así, suman 11 los compromisos que asumió el STC en el llamado Fideicomiso del Metro, dado a conocer en agosto de 2014. Sería bueno para los usuarios que se hiciera público un corte de caja del avance de dichos compromisos.
Es cierto, el Metro de la CDMX no puede atender a un número “infinito” de personas, pero tampoco puede combatir al número, también infinito, de casos de corrupción evidentes a los ojos del usuario todos los días. Corrupción latente en el avance lento de trenes; en las escaleras derrumbadas de la línea 2 y las mafias de comercio informal que operan en las estaciones y transbordos.
Para Gaviño los recursos económicos necesarios para la operación del Metro deben de salir de algún lado, ya sea mediante subsidios de los gobiernos del Distrito Federal o el estado de México y en el más extremo de los casos, del bolsillo de los usuarios.
Periscopio
Fuentes cercanas a esta columna cuentan que el pasado martes hubo un interesante simulacro de votación presidencial. Los convocados fueron 159 trabajadores del departamento de relaciones con gobierno de la empresa Chrysler en México. El resultado fue una lucha cerrada entre los aspirantes del PRI; Miguel Ángel Osorio Chong, Luis Videgaray, Eruviel Ávila y Aurelio Nuño y los panistas Ricardo Anaya y Rafael Moreno Valle ¡por el tercer lugar! Ninguno pasó de los 10 sufragios. Pero quien se llevó el carro completo fue Margarita Zavala con 82 votos. En el lejano segundo lugar, más necio que un Tsuru en carretera; López Obrador con 16 papeletas sabor gorgojo legítimo.
En el radar
Ante la caída electoral del sol azteca en la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera comienza a jugar con la idea de que PRD y PAN vayan juntos en alianza a la elección para jefe de gobierno en 2018. En la danza de los nombres suenan: Xóchitl Gálvez, jefa delegacional en Miguel Hidalgo y el secretario de desarrollo económico del gobierno capitalino, Salomón Chertorivski. Ambos aspirantes parecen tener posibilidades de hacer una buena campaña frente a la creciente fuerza política de Morena, que tienen un par de perfiles con serias posibilidades; Martí Batres y Claudia Sheinbaum. Rezagado en la carrera aparece Ricardo Monreal, superado por los problemas de la delegación Cuauhtémoc, principalmente la inseguridad en el corredor Roma Condesa, donde el zacatecano no ha dado una.
Bitácora de lo absurdo
Cómo habrá sacudido al PRI la derrota electoral del pasado 5 de junio que algunos extintos liderazgos han salido a emitir su posición. Ahora tocó el turno a Roberto Madrazo, quien responsabilizó a López Obrador de todos los bloqueos que ocurran en el país, no sólo aquellos que tengan que ver con la CNTE. Según Madrazo todo lo que suceda en adelante tendrá “tintes electorales”. Roberto Madrazo es recordado, entre otras cosas, por gastar 72 millones de dólares en su campaña para gobernador de Tabasco en 1994, mucho más de lo lo que gastó Bill Clinton para la elección presidencial de 1993 en los Estados Unidos.
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