NI TANTO QUE QUEME AL SANTO, NI TANTO QUE NO LE ALUMBRE

NI TANTO QUE QUEME AL SANTO, NI TANTO QUE NO LE ALUMBRE

ALFIL NEGRO

Esto de gobernar ,por su importancia y sus efectos, se convierte en una ciencia para lo que no todos están capacitados ni preparados, aunque no faltan los que faltan los que digan que no tiene mayor ciencia y así nos ha ido.

Ahora que mire, muchas veces el depositario del poder es una persona con las virtudes para ser un buen gobernante, pero no faltan los colaboradores que se marean en el ladrillito al que los subieron y arman cada show por soberbios y engreídos, que echan a perder las buenas intenciones de su jefe.

Se dan casos, se dan.

El caso más reciente del fenómeno del poder, lo tenemos en Hidalgo con el cambio de gobernador y de partido en la gubernatura, en una alternancia que se logró después de 93 años.

Esto supone un nuevo modo de gobernar, pero sin variar el gran objetivo que es el mismo para todos los partidos y colores y que es el bienestar de los ciudadanos.

Y es en en este “nuevo estilo de gobernar”, donde pueden darse acciones de algunos que pretendan encajar su visión política y piensen que como dijo el supremo que el escenario les viene “como anillo al dedo”.

Dos son los modos de ejercer el poder que no parecen muy afortunados: el de dejar pasar y dejar hacer, que finalmente termina en impunidad y corrupción, pero con mucho dinero para los que están metidos en esos negocios; y el segundo modo es el de cortar cabezas de los que entienden el poder como la oportunidad de venganzas y ajusticiamientos, muy lejos de hacer valer la ley y de darle a cada quien lo que se merece y nada más.

Finalmente también existe una tercera vía de gobierno, la del equilibrio y la mesura, que confirma aquello de que “en el justo medio está la virtud”.

El gobernador Menchaca ha dado muestras de ser un político de equilibrios y no de radicalismos, firme en sus convicciones, pero hombre de leyes, lo que se refleja ya en sus actos de gobierno y eso es muy importante porque es él quien marca el camino y el ritmo de la marcha.

Sin embargo no faltan los colaboradores más papistas que el Papa, que entienden el poder en este momento como su oportunidad de mochar cabezas y lo que se pueda.

Desde luego aportan muy poco a la gobernabilidad del estado, y en su intento de significarse como los grandes justicieros y casi inquisidores, le dan una imagen de revanchista al nuevo gobierno.

En todo caso el refrán popular de “ni tanto que queme al santo, ni tanto que no le alumbre” es válido en este caso.

Porque también dice el refrán “no por mucho madrugar amanece más temprano” y que el tiempo y la vida han hecho valer aquello de “lo que se siembra se cosecha” porque bien señala el libro santo “el que a hierro mata a hierro muere”.

Si usted se pregunta quiénes son los colaboradores de Menchaca que están en plan inquisidor, basta con enterarse de los que de entrada descalifican todo lo que hizo el funcionario que se fue, como si lo heredado viniera de un terremoto o de inútiles e incapaces que no sabían lo que hacían.

Si de verdad tienen pruebas adelante, pero si lo hacen en un afán de tener que encontrar corrupción, parece que tarde que temprano tendrán que meter reversa.

Porque Hidalgo no empieza hoy, tiene mucho camino recorrido y muchas metas alcanzadas. Lo que esté mal se corrige, pero no es por moda que deben aparecer los justicieros y menos sólo para lucirse, porque crean barreras que separan y lo que hace falta es unidad para avanzar.

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