FIESTAS PATRIAS…YA NO ES COMO ANTES

FIESTAS PATRIAS…YA NO ES COMO ANTES

ALFIL NEGRO

Las fiestas patrias se convierten, sobre todo en la niñez, en una verdadera escuela de sentimientos cívicos que fortalecen el amor por México, por sus símbolos como la bandera, el himno, la escuela, los maestros, el Presidente de la República, las personas mayores y la familia.

Desde pequeños en la escuela aprendimos el respeto por nuestra bandera, y sabíamos porque así nos lo enseñaron los maestros, que debíamos guardar compostura, empezando por ponerse de pie al paso de la enseña tricolor porque representa a nuestro país y todo lo que encierra este concepto.

Muchas cosas han cambiado, cuando en un estado como Nayarit cambiaron los colores de la bandera para poner los colores de Morena, en una acción torpe que intentó sacar raja política de un símbolo que por lo menos en nuestros tiempos de niños nos enseñaron que es sagrada.

Ahora intentaron convertirla en propaganda grilla, lo que habla de un partido que perdió la cordura y con el poder en la mano piensa por lo que se ve que, no hay más ley que sus ocurrencias.

En esos tiempos, como dice la frase evangélica, en la escuela a muchos de nosotros nos enseñaron que la autoridad era una realidad respetable y que debía ser tratada en esa idea. Ahora la autoridad no tiene el respeto de la ciudadanía, y por el contrario se han convertido en la burla de muchos que los exhiben como se les da la gana, sobre todo en las redes sociales donde muchas veces con razón hacen de las figuras públicas sujetos de burlas y de ofensas.

Ahora que mucho de esto lo provocan esas figuras, por actitudes de abusos y de convertir a la política en el mejor negocio de sus vidas con ganancias muy buenas en poder y dinero, que extienden a hijos y familias así como amigos, y muchas veces con actitudes de soberbia en que muestran sus riquezas y bienes.

Por lo que se ve ya no son lo mismo ni la gente ni las autoridades.

No, las cosas ya no son como antes.

La ceremonia del grito tenía un encanto especial, por la forma en que se recordaba a Don Miguel Hidalgo, a la Corregidora, a Allende, y a todos los héroes del inicio de la guerra de independencia.

Ahora mucho de ese sentimiento se ha perdido, porque desde el que da el grito se cambian las cosas y se lanzan vivas a los intereses políticos de cada autoridad, lo que desvirtúa el sentido de sacralización que tenían los vítores.

Se tenía un respeto especial por las fuerzas armadas.

Ahora con todo lo qué pasa en su entorno, en que se les convierte en apoyo total del gobierno con todos los enredos grillos que se dan, en que el PRI aparece como el gran vendedor de lo que le queda, la figura del ejército pierde fuerza ante todos.

No, ya no es como antes.

Sin embargo la guerra de independencia no depende en su grandeza de lo que hagan o digan las gentes del poder, sino en lo que significa para nosotros los mexicanos en su sentido de libertad y de inicio de nación soberana.

Pero por todo lo que se vive en esta hora, es evidente que ya no es como antes.

Sobre todo porque se pretende convertir estas fiestas en un eslabón de intereses políticos, en que se busca hacerlas parte de grilla y lucha por el poder.

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