Amenaza Yihadista
● Al secuestrado, Robert Hall, le dejaron dar una última entrevista: “Me dijeron que nuestra vida se acaba hoy”
Los islamistas decapitaron en abril a Ridsdel, difundiendo un macabro vídeo que rivalizaba en brutalidad a con los que produce el Estado Islámico en Siria o Irak, un movimiento al que varias facciones de ASG han jurado pleitesía. El movimiento radical se está convirtiendo en la facción islamista más temible del sudeste asiático, incluso cuando sus supuestas credenciales religiosas se supediten al interés financiero que motiva sus acciones desde hace años.
Pudo ser su última conversación con el exterior. Según el diario Philippine Daily Inquirer, los milicianos de Abu Sayyaf (ASG) permitieron a sus periodistas hablar brevemente por teléfono la mañana de ayer con el rehén Robert Hall antes de que fuera ejecutado. El canadiense les explicó que su condición física era “muy mala” y que sus captores les estaban “matando de hambre”: “No nos dejan dormir y me han amenazado con golpearme”.
El propio cautivo reconoció a los periodistas que los militantes le habían dicho que su vida “concluía en esta jornada”. Horas más tarde, un portavoz del grupo, Abu Raami, volvía a informar al mismo medio de comunicación que Hall había sido efectivamente asesinado tras cumplirse el ultimátum que habían dictado para el pago de un rescate de 11,5 millones de euros.
El radical, llamado Abu Raami, dijo que el cadáver del occidental aparecerá en breve en algún lugar de la ciudad de Jolo, en la isla sureña de Sulu, el principal bastión de ASG.Abu Raami había advertido antes que la hora límite era este lunes a las 15.00 horas de Filipinas y que no se postergaría.
“Lo hemos hablado una y otra vez con el liderazgo y hemos decidido que no habrá ninguna extensión. La recompensa es de 600 millones de pesos [11,54 millones de euros]”, precisó. El grupo armado secuestró a Hall, al también canadiense John Ridsdel, al noruego Kjartan Sekkingstad y a la filipina Marites Flor en septiembre del 2015 en un complejo de lujo de la isla de Salman, en la región sureña de Davao.
Las Fuerzas Armadas filipinas dijeron que se encontraban investigando la veracidad de esta proclama, aunque fuentes de los uniformados confirmaron a la emisora Al Jazeera el deceso del rehén.